Repartidores se movilizaron en grupo para recuperar una moto robada en Argüello
Trabajar como delivery en Córdoba durante la noche puede volverse una tarea riesgosa. La presencia de zonas críticas y distintos hechos de inseguridad llevaron a que los repartidores comenzaran a organizarse en grupos de autodefensa para recuperar las motos robadas de sus compañeros y brindarse apoyo mutuo.
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Durante la madrugada del miércoles, más de 40 motos se movilizaron hasta Argüello para intentar recuperar un vehículo sustraído. Los repartidores siguieron la señal del GPS del celular de la víctima, que marcaba el punto exacto donde se encontraban los elementos robados. Sin embargo, cuando llegaron al lugar, la señal desapareció y no pudieron dar con los delincuentes.
No es la primera vez que ocurre un hecho de estas características. Semanas atrás, alrededor de 20 repartidores se dirigieron hasta Villa «Los 40 Guasos» en busca de otra moto robada. Tras insistir reiteradamente en la puerta de un domicilio, lograron recuperarla. Según relataron testigos que prefirieron no dar su nombre, la policía estuvo presente, pero no actuó, por lo que fueron ellos quienes decidieron intervenir.
«Estamos haciendo lo que la policía no hace«, señalan algunos trabajadores que integran estos grupos. Cada vez más repartidores se suman a estas redes que funcionan como patrullas improvisadas, a pesar de que la situación es riesgosa: enfrentarse directamente con delincuentes podría derivar en hechos de violencia con consecuencias graves.
Las zonas más críticas de Córdoba
Pese a que la Policía implementó programas como Ojos en Alerta en algunos barrios, los repartidores sostienen que hay amplias zonas de la ciudad convertidas en terreno fértil para los asaltos.
Entre lo que ellos consideran «zonas rojas» aparecen Villa Bustos, Los Sauces, Residencial San Roque, Villa Siburu, Villa El Nylon, Empalme, Colonia Lola, partes de Alta Córdoba, Villa Páez, Villa Urquiza y Mariano Fragueiro.
En un nivel de «peligroso a muy peligroso» se mencionan sectores como Bv. Los Alemanes, Jardín Claret, Argüello Norte, Gral. Bustos, Los Plátanos, Villa El Libertador y Altamira. Incluso barrios céntricos y con alta circulación como Nueva Córdoba, Alberdi, Alto Alberdi, General Paz y el propio Centro fueron señalados como escenarios de robos frecuentes, especialmente arrebatos.
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La falta de iluminación, el desierto de algunas calles durante la noche y la soledad de ciertos trayectos profundizan la inseguridad, según los repartidores.
Clasificación por colores
La referencia al mapa de la ciudad divide las zonas según su nivel de inseguridad:
- – Zona verde (segura, con precaución): áreas con movimiento y comercios; riesgos puntuales en horarios o calles específicas.
- – Zona amarilla (riesgo bajo o moderado): probabilidad de robos por descuidos, aunque no constantes; barrios de clase trabajadora con actividad diaria.
- – Zona naranja (riesgo moderado): incidentes comunes de tránsito urbano; aceptable nivel de movimiento.
- – Zona roja (peligroso a muy peligroso): requieren extremar precauciones; áreas con alta frecuencia de robos y calles desiertas por la noche.
- – Zona negra (muy alto riesgo): asentamientos y sectores donde no se recomienda ingresar por el peligro extremo.

El reclamo a las autoridades
Ante esta situación, los trabajadores insisten en que necesitan articular con las fuerzas de seguridad para poder trabajar con mayor tranquilidad. «Queremos hablar con el ministro o con el jefe de la policía. Para trabajar en conjunto junto al 911 y Ojos en Alerta. Cuando hay una alerta, estar en contacto con la Policía y que sepan lo que sucede. Hace más de un año hay una moto Titán en Nueva Córdoba que arrebata y roba y nadie la atrapa«, reclaman.
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A su vez, referentes de los repartidores destacaron que el problema no es nuevo y que la respuesta oficial resulta insuficiente. «Nos cansamos de que la policía nos diga que no puede hacer nada porque no tiene móviles. Siempre nos tiran la pelota a nosotros. Podríamos salir a la calle y hacer cortes, pero nuestro objetivo no es molestar al ciudadano. Queremos ser escuchados. Salimos con lluvia, con robos, con situaciones adversas para cumplir con el ciudadano. Mucha gente ve al delivery como algo insignificante, pero sufrimos robos, accidentes y estamos a la deriva de Dios. Somos una comunidad y una familia que necesita ayuda«, le cuenta «Tanita», referente de repartidoras mujeres, a Perfil Córdoba.
La escena de más de 40 motos movilizadas en la madrugada dejó en evidencia un problema que requiere ser abordado. Los repartidores advierten que su accionar no busca reemplazar a las autoridades, pero señalan que la falta de respuestas los empuja a actuar. La postal encendió una alarma: Córdoba no es el lejano Oeste y, sin medidas concretas, la situación podría salirse de control.
