Villa, el jugador Villa, el caso



Villa es un crack. Villa es violador. Villa sacó campeón a Independiente Rivadavia de Mendoza. Villa es abusador. Villa es el jugador más desequilibrante del fútbol argentino. Villa fue condenado. Villa es ídolo. Villa fue absuelto. Villa debería volver a Boca. ¿Desde qué lugar deberíamos abordar a Sebastián Villa? ¿Como jugador o como caso?

Esta semana ocurrió algo inesperado: el equipo mendocino ganó la Copa Argentina y el jugador colombiano fue la figura excluyente en la final con Argentinos. Asistió a Matías Fernández en el segundo gol, convirtió el penal que le dio el título y lo eligieron como el mejor jugador del partido. Se subió al pedestal de la historia. Sepultó su pasado bajo una lluvia de papelitos. El fútbol lo indultó. Si es que alguna vez lo consideró culpable, claro.

Lo que más sorprendió, de todos modos, fue la escasa reacción ante la glorificación de Villa. Las redes, que es el ámbito donde se publican los pronunciamientos sobre estas cuestiones, exhibieron unos pocos posteos perdidos en cuentas de reconocidas feministas. Y no estuvieron ni cerca de proponer una campaña de cancelación, como sí ocurrió hace dos meses con Gustavo Cordera, por ejemplo.

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Hagamos archivo. Villa fue denunciado en 2022 por “abuso sexual con acceso carnal” y fue condenado a dos años y un mes de prisión en suspenso. Un año después otra expareja lo denunció por violencia de género. Pero dos años después estaba limpio de culpa y cargo. Llegó a acuerdos con las víctimas y la Justicia lo absolvió.

En medio de las denuncias, Villa tuvo que irse de Boca y se recluyó en el fútbol de Bulgaria, allá donde no llegan los tuits cancelatorios. Hasta que el temita se diluyó y el año pasado, entre penumbras, se sumó al plantel de Independiente Rivadavia.

Cuando todavía estaba imputado en la causa por violación y jugaba en Boca, a Villa se le ocurrió victimizarse con este mensaje que subió a las redes: “El lobo siempre será malo si quien cuenta la historia es Caperucita”. Ahora que salió campeón, el lobo bien podría ofrecer su versión del cuento.

Hay muchas aristas desde donde pensar la cuestión Villa. ¿Qué dimensión hubiera tomado si hubiese salido campeón con Boca? ¿Acaso la indignación depende del rating? ¿Los hinchas que lo reclaman para sus equipos se sostienen en que fue absuelto? ¿Es inocente? ¿Cuál es el espacio para la memoria que ofrece el fútbol argentino? No está mal: a veces, una copa sirve para pensar otras cuestiones.





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