Vaca Muerta y el petróleo de América del Sur, ejes del suministro mundial según Rystad Energy
El sector energético vuelve a ubicar a América del Sur en el centro del mapa global. Un nuevo análisis de Rystad Energy señala que la región será determinante para sostener el suministro mundial de petróleo durante los próximos años, combinando la expansión offshore de Brasil, Guyana y Surinam con el empuje del shale argentino de Vaca Muerta. El informe plantea que estos recursos ofrecerán barriles competitivos incluso en escenarios de precios bajos.
Según las proyecciones de la consultora, la demanda global de líquidos alcanzaría su techo a principios de los 2030, en torno a 107 millones de barriles diarios. Aun después de ese pico, el consumo se mantendría por encima de los 100 millones de barriles por día durante buena parte de la década siguiente, antes de iniciar un descenso progresivo hacia los 75 millones para 2050. En ese escenario, América del Sur gana peso como proveedor estable y competitivo, y la producción argentina de Vaca Muerta aparece como uno de los pilares que pueden sostener el equilibrio del mercado.
Una de las claves señaladas por Rystad es la necesidad de inversión constante. Los pozos actuales perderán más de la mitad de su aporte hacia 2030 y será imprescindible sumar nuevos desarrollos. En este punto, se espera que Brasil y Guyana lideren la expansión offshore, impulsados por sus proyectos con barcos FPSO, mientras que los recursos no convencionales de Vaca Muerta aportarán una base sólida de producción competitiva.
El informe resalta que América del Sur será el principal motor de crecimiento este año, con más de 560.000 barriles diarios adicionales, y que para 2026 ese aporte superará los 750.000 barriles. Hacia 2030, más del 65% de la producción convencional regional provendrá de proyectos offshore puestos en marcha desde 2020. Sin embargo, la caída de los descubrimientos recientes obliga a redoblar la exploración para evitar un bache de oferta.
En paralelo, la inversión en exploración y producción crece. En 2024 superó los 46.000 millones de dólares, el mayor nivel desde 2015, y la tendencia continuaría este año con un incremento del 10%. Los fondos se repartirán entre nuevos proyectos y el desarrollo y mantenimiento de campos existentes en Argentina, Brasil y Colombia. Allí, los yacimientos de Vaca Muerta vuelven a aparecer en un rol estratégico.
