Una pediatra propone consumir leche materna en el núcleo familiar: entre el tabú y los beneficios nutricionales
«Es una fuente de probióticos y prebióticos maravillosa, células madres, inmunoglobulinas”. La médica pediatra y puericultora Sabrina Critzmann (IBLCL MN148279) planteó una propuesta que busca desafiar los tabúes culturales alrededor de la leche materna: que otros miembros del núcleo familiar, además del bebé, puedan consumirla por sus propiedades nutricionales e inmunológicas.
«Tenemos un tabú alrededor de la leche humana. Consideramos lógico tomar leche de vacas, pero cuando le decimos a las familias que el hermano mayor se puede tomar un poquito de leche materna, la gente nos mira raro», señaló Critzmann durante su participación en el programa Última Pregunta de Radio Continental Córdoba.
La leche materna es la mejor inmunidad a largo plazo
La especialista fundamentó su propuesta en los componentes de la leche humana: «Cualquier persona, la mínima cantidad de leche humana que pueda consumir, siempre va a tener un efecto beneficioso para su salud».
Critzmann contextualizó su propuesta en situaciones cotidianas donde la leche extraída termina desechándose. «A veces una se extrae leche en el trabajo, se extrae en baños sucios o no tiene condiciones higiénicas. Probablemente cuando eso no está, muchas mamás tiran la leche», explicó la pediatra, quien sugirió: «Un consejo es que se la tomen. Tu cuerpo produjo eso, gastó tanta energía maravillosa para generar eso. Usa esos mismos recursos y te va a nutrir hermosamente».
La especialista también propuso que en casos de sobras en biberones que el bebé no puede volver a consumir por razones bromatológicas, otros familiares podrían aprovecharla: «El bebé no la puede tomar de nuevo, pero para cortar el café, vos te la puedes tomar, se la puede tomar el hermano mayor en un vasito«.
Advertencias desde la comunidad científica
Sin embargo, la propuesta de compartir leche materna en el ámbito familiar no está exenta de controversias. La Asociación Española de Pediatría advierte sobre riesgos asociados al uso no controlado de leche humana donada o compartida, especialmente cuando no existen protocolos de seguridad establecidos.
Los bancos de leche materna formales realizan exhaustivos controles de salud a las donantes, procesan la leche mediante pasteurización y realizan análisis microbiológicos antes de su distribución. Estos procedimientos buscan eliminar riesgos de transmisión de enfermedades infecciosas y contaminación bacteriana.
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El intercambio informal de leche materna, sin estos controles, puede exponer a quienes la consumen a patógenos transmisibles por la leche, incluyendo virus como VIH, hepatitis B y C, además de bacterias y medicamentos que la madre donante pueda estar consumiendo.
Baja lactancia exclusiva en Argentina
Durante la entrevista, Critzmann también abordó la problemática de los bajos índices de lactancia materna exclusiva en Argentina. «Los bebés salen de las instituciones donde nacen tomando pecho la mayoría, pero cerca de los seis meses ya menos del 50% está siendo alimentado exclusivamente con leche humana«, indicó.
La especialista identificó dos factores principales: «La vuelta al trabajo remunerado dentro y fuera del hogar, porque las tareas del hogar y las tareas de cuidado que generalmente recaen en las mujeres también son barreras para la lactancia cuando no hay acompañamiento. Y lo otro es la falta de acompañamiento profesional y de formación profesional sobre el tema».