Una historiadora criticó el video que difundió el Gobierno por el 12 de octubre: «Fue una burda provocación»
La historiadora y especialista en historia rural y política de los siglos XVIII y XIX en América Latina, Mariana Canedo, criticó el video difundido por el Gobierno para conmemorar el 12 de octubre, que resalta la figura de Cristóbal Colón y presenta la llegada a América en 1492 como el inicio de un proceso de civilización, orden y progreso que marcó profundamente el destino del continente. Así lo explicó en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190): “Me parece una provocación que busca imponer una lectura específica y sesgada de la historia”.
La historiadora Mariana Canedo es doctora en Historia por la Universidad Nacional de Mar del Plata y profesora titular de Historia de América en la misma institución. Además, es investigadora del CONICET y se especializa en historia rural y política de los siglos XVIII y XIX del continente mencionado. Destacan sus publicaciones, como Poderes intermedios en la frontera: Buenos Aires, siglos XVIII-XIX (2013) y Jurisdicciones municipales a mediados del siglo XIX (2021).
En un día tan cercano al 12 de octubre, con las distintas formas de interpretar el Día de la Raza o el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. ¿Cómo evoluciona el sentido del significante en esta fecha?
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Ante estas efemérides, lo primero que podríamos reflexionar es diferenciar qué es un efeméride y la convocatoria historiadora, que me parece adecuada. Pero no hay que pensar que estas celebraciones son inútiles para enseñar o aprender historia. Por ejemplo, pensando en el 25 de mayo, poca gente conoce más de esa fecha o incluso del 26 de mayo. Las efemérides son encuentros comunitarios que las instituciones organizan para recordar, conmemorar o celebrar algún hecho específico. Y, particularmente, la del 12 de octubre es una de las más complejas del calendario.
Es compleja porque contiene un simbolismo muy cargado. Un significado que, a lo largo de los años, ha ido cambiando y que ha evolucionado como efeméride. Se plantea en 1492: ¿qué sucedía? ¿Qué se festejaba? Y nada. Al año siguiente, los registros históricos de la época no reflejaban América ni Polón. Tampoco 10, 50 o 100 años después se celebró la llegada de Colón al continente. Recién, a fines del siglo XIX, comenzó a haber algún tipo de reconocimiento.
Este recuerdo se vivió plenamente en los 500 años, en la década de los 90, con un cambio de lógica que permite comparar los festejos de los 400 y los 500 años y comprender mejor qué es una efeméride y cómo comunidades y gobiernos toman estos homenajes. Hoy, la mirada es diferente: se trata de la diversidad cultural, que se reconoce en varios países latinoamericanos. Si bien en España se mantiene como fiesta nacional o Fiesta de la Hispanidad, ellos mismos valoran la pluralidad de su proceso histórico y de las distintas comunidades que conforman la nación.
Así, la diversidad se considera un derecho y un componente del pasado.
También la convocamos por el video que desde el gobierno se difundió.
A mí me resultó una provocación, fundamentalmente una provocación burda, si se quiere, que no difiere mucho de la del año pasado. Espero que no le hayan pagado a los hacedores de contenido nada extra, porque es prácticamente el mismo material, con dos o tres agregados que podrían interpretarse en clave electoral, pero sigue siendo burdo y busca serlo. En realidad, no creo que sea por ignorancia o por falta de acceso a información o a convocar otras personas, sino porque es un estilo de comunicación que ha adoptado el gobierno. Esta provocación no debería generar reacción.
Si fuera un privado o un grupo político, quizás no se le daría tanta importancia, pero como se cree que la diversidad es un valor y un derecho, hay que recuperar esa lógica y el reencuentro que está plasmado en el 12 de octubre, hoy resignificado como Día de la Diversidad.
Es muy interesante que hasta 300 años después del descubrimiento de América por Colón no haya sido una fecha conmemorativa. En Estados Unidos, el Columbus Day también es relevante: en Nueva York, por ejemplo, se celebra con la mayor marcha latina que uno podría recordar. Fue un acto de España para marcar o imponer una efeméride que, según la perspectiva, resaltara la grandeza o el aporte que tuvo España en la construcción del mundo moderno. Es decir, una construcción española para enfatizar la importancia del país en la historia.
No es casual que los festejos de los 400 años hayan ocurrido a fines del siglo XIX. Quienes lo han estudiado en profundidad lo vinculan con el surgimiento de los estados nacionales. La historia se utiliza como instrumento para que estos estados generen identidad y relato propio. Es una estrategia común para todas las naciones en formación.
España planteó la Hispanidad, y también Portugal desarrolló un proceso similar. Incluso en elecciones más recientes, algunos grupos políticos utilizan estos hechos como símbolo de la expansión española o portuguesa, momentos clave de sus estados nacionales. En América Latina, también hay influencia: entre fines del siglo XVI y el XIX, una élite local hispanizada, con valores ligados a la Iglesia Católica, reconstruye la historia según estas lógicas.
El descubrimiento de América aparece como un cambio histórico que marca el tránsito hacia un país moderno frente a la barbarie, según la concepción civilización versus barbarie del siglo XIX. En América del Norte, los inmigrantes italianos recuperan la figura de Cristóbal Colón y generan tradiciones propias. Además, hay un cambio en la inmigración internacional: la española comienza a superar a la italiana y establece asociaciones ibéricas que se consolidan en el país. Todo esto genera un clima cultural que da sentido al 12 de octubre.
Recuerdo que Mitterrand, durante su visita a Estados Unidos como presidente, afirmó que Francia había ganado la guerra a Inglaterra porque la inmigración iba a convertir a los latinos en mayoría y a los WASP en minoría.
Está la narrativa de Pocahontas: Estados Unidos tuvo que construir su propia historia sobre la conquista. Sí, pero lamentablemente la tenemos a través de Disney, que hace películas como Hércules o Pocahontas y genera una especie de Barbie de Pocahontas. Hay historias como la de John Smith, explorador en el proceso colonizador de América del Norte. Me sirve recuperar esto porque hoy, con la recuperación del valor y del derecho a la diversidad cultural.
Una cosa es entender la lógica de fines del siglo XIX y otra verla hoy, donde los procesos ya no son los mismos. Yo doy historia de América colonial, pero de toda América, no solo de Hispanoamérica. Se entiende mucho mejor si analizamos simultáneamente los procesos de la monarquía portuguesa en Brasil, la monarquía inglesa en las colonias de América del Norte, la presencia francesa y la presencia holandesa. Todo esto ocurría en paralelo, pero nuestros enfoques nacionalistas lo fragmentan, impidiendo comprender lo que algunos llaman la primera globalización de la expansión europea.
Si no vemos esto, hacemos una mirada muy eurocéntrica sobre la complejidad de los procesos en América frente a esas llegadas, donde también existían lógicas indígenas. Podemos incorporar los estudios sobre afrodescendientes y cómo impregnaron las Américas coloniales. Observar esta simultaneidad de procesos ayuda a salir de los nacionalismos.
Esta fue la conquista y colonización de territorios como la Patagonia no fue obra exclusiva de un solo grupo, como el Séptimo de Caballería en la expansión norteamericana, sino un proceso más amplio en el que participaron múltiples potencias europeas. Aquellas suelen compararse con otros hechos históricos similares, como la expansión rusa hacia el este bajo Catalina la Grande, donde pueblos indígenas o minoritarios fueron desplazados o sometidos por grupos con mayor desarrollo militar, tecnológico o político.
El concepto de civilización, que, aunque complejo y con su propia historicidad, sigue siendo una categoría difícil de definir. ¿Qué es una civilización y qué no? Si miramos en simultáneo, volviendo al siglo XV, cómo se encontraban las distintas civilizaciones, podemos aplicarlo también a la civilización inca, a los reinos musulmanes, o solo reservarlo para Europa.
Por otro lado, están las relaciones de poder que atraviesan todo esto. Planteabas el tema de los imperialismos: también eran imperios, como el azteca o el inca, y había otras sociedades con desigualdades y estructuras de poder. Lo mismo ocurría en la monarquía hispánica, que venía de dominar los reinos musulmanes del sur de la península. También en el imperio chino en formación, que podía expandirse técnicamente como Europa, pero era un proceso diferente.
Para terminar con lo que respecta a cómo se festejó el 12 de octubre en distintos momentos, recalaría, porque me parece que tiene relación con lo que estamos viviendo ahora. ¿Qué pasó con el quinto centenario?
Ahí hubo un cambio, ya no vinculado con el Estado nacional, sino que, en los 90, España tomó como España y las distintas corporaciones —recordarás las compañías telefónicas que quedaban hacia América—, como que se trasladó España como cabeza, pero era Europa y un gran bloque americano o hispanoamericano. Esa era la lógica, las claves del encuentro: hubo bastante dinero para generar vínculos, encuentros académicos y hasta publicaciones de libros subvencionados por estas empresas. Después, fueron asentándose en los territorios.
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No voy a dar nombres, pero todos conocemos ese proceso de los 90 de las empresas europeas que llegaban al territorio americano o latinoamericano en distintos países. Se resignifica también ese 12 de octubre en esa clave de los 90.
MV