Un rincón que crece en la Ruta 43: El Alamito, el sueño familiar que hoy recibe a viajeros en Neuquén
Sin necesidad de emprender un viaje muy extenso, existen lugares que podemos conocer y disfrutar en un solo día o también disfrutarlos durante una escapada o un viaje más largo. Particularmente en Neuquén, existe un paraje que sí o sí tenés que visitar, y que te dejará sin palabras, sobre todo si estás planificando un viaje en el que puedas recorrer diversos lugares en una misma travesía.
Se trata nada más y nada menos que del paraje rural conocido como “El Alamito”, que se encuentra a 18 kilómetros de Chos Malal, sobre la Ruta Provincial 43 con un acceso a la derecha y junto a la Cordillera del Viento, en Neuquén, y que consta de un complejo de alojamiento con un total de 16 plazas.
Quienes decidan disfrutar de una experiencia única en este sitio, podrán deleitarse con exquisitos platos bien caseros para la hora del desayuno, y también contemplar una vista fantástica desde esta zona, entre las que se destaca la vista panorámica al Tromen y al Domuyo.
Se trata de un proyecto familiar que avanza a paso firme tras la habilitación oficial de la Ruta 43, lo que se traduce no solamente en la posibilidad de recibir a más y más personas, sino también de concretar nuevas oportunidades laborales en esta zona.
En conversación con “Río Negro”, Fabrizio Verdinelli, uno de los responsables detrás de esta interesante propuesta, resaltó que se puede llegar a este lugar de forma sencilla. “No tenés que meterte al barrio y buscarnos, simplemente vas por la ruta, hacés un acceso a la derecha y te bajas a las cabañas. Eso está realmente bueno para el lugar”, señaló.
Para ampliar su menú en “El Alamito”, señaló que junto al equipo de trabajo a cargo de este emprendimiento “estamos formándonos en Chos Malal en la capacitación de Manipulación de Higiene de los Alimentos. Queremos desarrollar un menú de autoría, con platos particulares del lugar”. Se trata de un lugar en Nequén que no podés dejar de conocer, para una estadía quizás corta, pero sin duda alguna inolvidable, donde se combinan sabores, paisajes y mucha, pero mucha tranquilidad.
