Último estallido de las Dracónidas: un espectáculo astronómico que no volverá hasta 2078
La lluvia de meteoros Dracónidas tendrá su punto máximo de actividad el 8 de octubre de 2025, y los astrónomos anticipan un estallido poco común que podría ofrecer entre 150 y 400 meteoros por hora. Este fenómeno, visible principalmente desde el Hemisferio Norte, promete ser uno de los espectáculos astronómicos más esperados del año y, según las proyecciones, el último gran estallido de las Dracónidas hasta el año 2078.
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A diferencia de otras lluvias más predecibles, las Dracónidas son notoriamente caprichosas. En la mayoría de los años apenas se registran unos pocos meteoros por hora, pero en determinadas ocasiones el encuentro de la Tierra con densas corrientes de polvo del cometa 21P/Giacobini-Zinner provoca un aumento repentino de la actividad. En 2025, la órbita terrestre volverá a cruzar uno de estos filamentos, lo que explicaría el incremento en la cantidad de destellos.
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El evento alcanzará su pico de actividad durante la noche del 8 de octubre, aunque la lluvia estará activa entre el 6 y el 10 del mismo mes. Los meteoros parecerán surgir desde la constelación de Draco, el dragón, ubicada en el norte celeste. Si bien la luna llena coincidirá con el fenómeno y podría opacar los meteoros más débiles, los observadores aún podrán disfrutar de los más brillantes durante las primeras horas de la noche, especialmente desde zonas alejadas de las grandes ciudades.
El fenómeno será visible sin necesidad de telescopios ni instrumentos especiales. Basta con mirar hacia el cielo, preferentemente en un lugar oscuro y con buena visibilidad hacia el norte. Los especialistas recomiendan permitir que los ojos se adapten a la oscuridad durante unos 20 minutos y evitar mirar directamente a la luna para mejorar la percepción de las trazas luminosas.
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Las Dracónidas se originan a partir de partículas desprendidas del cometa 21P/Giacobini-Zinner, que completa una vuelta alrededor del Sol cada 6,6 años. Cada vez que este cuerpo celeste pasa cerca del astro rey, libera una nube de polvo que, al ser atravesada por la Tierra, produce la lluvia de meteoros. Este cometa, descubierto en 1900, es uno de los más estudiados del sistema solar y fue el primero visitado por una nave espacial, el International Cometary Explorer, en 1985.
En el pasado, las Dracónidas ofrecieron verdaderas tormentas celestes. En 1933 y 1946 se registraron miles de meteoros por hora, mientras que en 2011 hubo un estallido moderado visible desde Europa. Este año, las condiciones orbitales del cometa y su reciente paso cercano al Sol hacen prever una mayor densidad de partículas, lo que podría convertir al evento en una de las lluvias más destacadas de la década.
Sin embargo, esta ocasión también marca un cierre de ciclo. Tras un encuentro gravitacional con Júpiter previsto para 2029, la órbita del cometa se alejará de la trayectoria terrestre, reduciendo significativamente la posibilidad de futuros estallidos. Por eso, los especialistas advierten que la de 2025 podría ser la última gran Dracónida visible hasta fines de siglo.
