Todos los ‘10’ van al cielo
# “Estaba enculado”. Así explicaba Daniel Willington por qué pateó como pateó aquel tiro libre que metió ‘una cosa blanca’ (según su propio relato) en el arco de la Preferencial del Gigante de Alberdi y en la historia grande del fútbol cordobés, en la final contra Belgrano del 21 de agosto de 1974. “Estaba enojado porque en casi todos los partidos me ponían en los minutos finales, como el salvador”, recordaba ‘El Daniel’ cada vez que le preguntaban sobre aquel zapatazo que abrió el camino para un nuevo título de la ‘T’. Salzano, otro Daniel que la clavaba al ángulo como pocos, escribió sobre ese tanto en forma exquisita: “Desde entonces, en el mundo han triunfado revoluciones y golpes de Estado, han entrado en erupción volcanes fabulosos y han caído varios imperios con todo lo clavado y lo plantado. El gol de Daniel Willington, sin embargo, sigue siendo eterno”.

# “Estaba enculado”. Willington volvió al Gigante de Alberdi el 25 de febrero de 1981, cuando Talleres se presentó como invitado a un partido homenaje al Belgrano de 1971. “Yo llegué a la cancha creyendo que iba a jugar para Talleres. Pero como no me tuvieron en cuenta, me fui enojado al vestuario local. Ahí charlé con ‘Tito’ Cuellar y me dijo ‘¿cómo no te van a poner?’. Habló con el técnico de ellos, que era ‘Quique’ García, y así surgió la chance de jugar para Belgrano”, le relató ‘El Daniel’ al periodista Gustavo Farías, director del Museo del Kempes y autor de una biografía que pronto saldrá a luz. Aquella vez, Willington se iría otra vez ganador del reducto del clásico rival: los ‘viejitos’ del Pirata, con el refuerzo menos pensado, le ganaron 3-1 a la primera del Albiazul. “Eso no le hizo mal a nadie, y tengo la suerte de que me quieren en todos lados”, refirió sobre semejante ‘desliz’. “Los buenos tipos y los buenos jugadores, no tienen camiseta, y Willington fue un emblema del fútbol cordobés”, expresó Luis Fabian Artime, presidente de Belgrano, en el último adiós al ídolo albiazul.

# También estaba ‘enculado’ Daniel Willington el 29 de diciembre de 1968, el día que Vélez y Racing le ponían el broche final al triangular desempate por el título del Campeonato Nacional, con River esperando una igualdad o un triunfo de la Academia, en el Viejo Gasómetro de San Lorenzo. Fue José Amalfitani, mítico presidente del club de Liniers y “segundo padre” para el futbolista nacido en Guadalupe (Santa Fe), quien advirtió la situación y lo encaró en el entretiempo, con el marcador 1-1 que consagraba al Millonario: “¿Por qué no le estás pasando la pelota a Wehbe?”. Tras algunos cabildeos, el ‘10’ reconoció que andaba molesto con el goleador por un entredicho personal: “Está bien, Don Pepe… ¡pero lo voy a hacer por usted!”. En el complemento, Omar Wehbe marcó tres goles y Vélez ganó 4-2. Cincuenta años después, el club porteño celebró aquella conquista emplazando en su hall central una estatua de ‘El Famoso Cordobés’. “Willington fue enorme, un fenómeno para su época e incuestionable máximo en Liniers. Más que Bianchi. Más que Chilavert, si se permite la subjetividad en este desamparo más absoluto”, escribió días atrás en Clarín el periodista Daniel Lagares, gran pluma e hincha de Vélez.

# Daniel Willington se hacía el ‘enculado’. Escondía le pelota detrás de su porte de gigante y la fama de otro de sus apodos, ‘El Loco’, pero al primer toque te dejaba desairado con un chiste y descubría su verdadera esencia: “¿Si puedo hablar? No. Vine a atender el teléfono para cortarte”. Recuerdo de la última entrevista, en la previa del inicio de la Liga Profesional 2018.
“¡Daniel: sos lo más grande que tuvo, que tiene y que tendrá Talleres!”, le dijo uno de sus devotos albiazules la última vez que asumió como DT del equipo de barrio Jardín, allá lejos y hace tiempo. “Tubo es el que me voy a tomar después de la práctica”, respondió ‘El Daniel’, quien se mofaba del mote de ‘Borracho’ que le dedicaban los hinchas contrarios en las canchas.
Willington fue “El Daniel de los Estadios” para el periodista Nilo Neder, ‘El Exorcista’ para ‘El Negro’ Fontanarrosa y ‘El mejor jugador del mundo’ para Pelé. Diego Simeone, DT del Atlético de Madrid. lo recordó desde ‘el otro lado del charco’ el martes pasado, en la conferencia de prensa posterior a la victoria 3-1 de su equipo ante Union Saint-Gilloise, por la Champions League: “Fue mi primer entrenador en Argentina. Me hizo debutar en Velez con 17 años y le estaré agradecido toda la vida”. “Daniel es de esas personas que pueden irse físicamente pero que nunca se van, porque dejaron un legado muy grande”, sostuvo Andrés Fassi, titular de la entidad albiazul, en la despedida del martes pasado en La Boutique.

Por estas horas, Willington andará tirando paredes con Salvador Mastrosimone, Alberto Beltrán o el mismísimo Diego Maradona, que se adelantó cinco años a estos inolvidables talentos del fútbol cordobés. O estará pendiente del ‘pan y queso’ entre César Menotti y Alejandro Sabella, hombres que trascendieron con el buzo, pero que con los pantalones cortos también fueron del palo de los desfachatados y rebeldes. De la alcurnia de los que alguna vez llenaron las canchas de emociones y que el pragmatismo fue transformando en perfectos obedientes, o relegando al banco de suplentes. Será en alguna cancha paradisíaca, de eso que no quepan dudas. En aquellos tiempos felices aprendimos que todos los ‘10’ van al cielo.
