Temaikèn celebra dos décadas de trabajo en una joya natural de Misiones
La Fundación Temaikèn está celebrando sus dos décadas de trabajo en la Reserva Natural Osununú, un área protegida de 168 hectáreas ubicada en San Ignacio, Misiones, donde se encuentran la selva paranaense y los pastizales. Desde su donación en 2005, la reserva se consolidó como un espacio clave para la conservación, la investigación y la educación ambiental. “Osununú es una pieza central en un plan más amplio para proteger la región del Teyú Cuaré”, destacó Jerónimo Torresin, Coordinador del Programa Selva y Pastizal de Fundación Temaikèn.
Los festejos reúnen a autoridades, investigadores, docentes y comunidades locales en una jornada conmemorativa con actividades artísticas y educativas, al tiempo que resaltó la gran importancia del trabajo conjunto entre la comunidad y la mencionada fundación para garantizar el futuro de la biodiversidad misionera.
Reserva Natural Osununú: paraíso verde
A lo largo de estos 20 años Osununú se transformó en un aula viva para la educación ambiental. Más de 390 docentes y sus estudiantes participaron del Programa Multiplicadores Ambientales, desarrollando 163 proyectos para proteger los valores naturales del Teyú Cuaré. También se registraron más de 10 especies nuevas de flora y fauna para la ciencia y se cultivan ocho especies de flora endémica destinadas a la restauración de pastizales y refuerzo de poblaciones silvestres.
Además, el trabajo científico reveló la presencia de 18 especies de murciélagos, cuatro de ellas amenazadas y una nueva para la ciencia, mientras que, en 2013, Osununú y el Parque Provincial Teyú Cuaré fueron declarados Áreas de Importancia para la Conservación de los Murciélagos (AICOM). Además, la reserva integra la Red de Reservas Naturales Privadas y el Nodo Misiones, y forma parte del Área Clave para la Conservación de la Biodiversidad (KBA) de Teyú Cuaré.
Osununú también guarda un importante legado histórico: entre los años 1905 y 1934 perteneció al paisajista Carlos Thays y, luego, a Darío Quiroga, hijo del escritor Horacio Quiroga, quien visitaba frecuentemente el lugar. Más tarde fue hogar de Georges Lenoble y de su esposa, Sara Vivanco, hasta fines del siglo pasado. Finalmente, en 2005, la Fundación Temaikèn recibió en donación la reserva, comprometiéndose a su protección a perpetuidad.
«La conmemoración de estos 20 años no solo celebra logros en conservación, sino también un compromiso renovado con el futuro. Temaikèn reafirma su misión de proteger la biodiversidad y fortalecer el vínculo entre ciencia, educación y comunidad, en un paisaje único donde la historia y la naturaleza se entrelazan en favor de las generaciones futuras«. señalaron desde Temaikèn