Teatro: se estrena “Mentiras” en una casa real

El teatro, dicen los que saben, es un ritual. Pero, ¿qué pasa cuando se rompe la cuarta pared, se elimina el escenario y se invita al espectador a espiar una intimidad ajena, copa de vino en mano, como si fuera parte del secreto? Esa es la premisa de “Mentiras”, la nueva experiencia teatral inmersiva que se estrena los próximos 14 y 15 de noviembre en un espacio tan cotidiano como disruptivo: una casa de familia “real”.
La obra propone dejar atrás las butacas y el telón para sumergir al público en el reencuentro de tres hermanos que vuelven a la vieja casona familiar con el simple objetivo de firmar la venta del inmueble. Un trámite que, por supuesto, deviene en una caja de Pandora de verdades ocultas, engaños y confesiones que pondrán a prueba los lazos sanguíneos.
Con un elenco compuesto por Gonzalo Dreizik, Emilio Orueta, Adriana de la Vega y Majul Flores, la propuesta dura 60 minutos y promete una cercanía ineludible con la acción.
Dos pioneras que rompen el techo de cristal en el Teatro Comedia y en el Real
La improvisación como cimiento de la intimidad
En diálogo con Perfil Córdoba, Emilio Orueta, actor y co-creador de la obra, reveló el germen de esta iniciativa que rompe con el teatro convencional. La clave, según cuenta, está en la técnica de la improvisación teatral. “La idea de esta obra surgió porque nosotros hacemos improvisación teatral con Majul y trabajamos mucho la técnica”, explica Orueta.
La chispa se encendió tras un encuentro con el maestro de la disciplina, Sergio París, en Córdoba. “Con él empezamos a diseñar este formato que surge desde la técnica de la impro, pero luego lo estructuramos un poco más”, detalla.
Aunque el esqueleto dramático está fijado, el pulso de la improvisación sigue siendo vital para mantener la tensión y la sorpresa en cada función. “No podemos decir que es una obra de improvisación porque está bastante estructurada, pero sí utilizamos la técnica para nosotros tirarnos pies que nos sorprendan y hagan que el actor esté vivo en escena”, confiesa el actor.
Un juego de espías con vino y empanadas
“Mentiras” se define como una comedia dramática que equilibra el humor inherente al ridículo de las dinámicas familiares con el peso del drama de lo no dicho. Sin embargo, lo que la vuelve única es su concepción del espectador.
Desde el ingreso, el público es invitado a servirse una copa de vino y picar algo, buscando generar la atmósfera de un evento social. Luego, la experiencia se vuelve aún más singular: “Cuando la gente llega, se le da una copa de vino y unas empanadas para que sientan que están en un evento, en una casa; y también se les asigna un color”, detalla Orueta.
Esta asignación de color es la llave para desdoblar la trama. Los grupos de público siguen a los actores que visten el color asignado. Si un personaje se dirige a la parrilla (o a otra habitación de la casa), sus seguidores lo acompañan y son los únicos testigos de su confesión.
“Y después hay una escena final donde nos juntamos todos, se van ‘deschabando’ todas las mentiras y el público se va enterando junto con los actores de las mentiras de los otros”, remata Orueta, describiendo el clímax donde todos los secretos convergen.
La obra es una invitación a explorar un teatro más vivo y presencial, una experiencia sensorial que se vive desde la cercanía de la intimidad, demostrando que, en toda familia, la verdad es casi siempre la mejor puesta en escena.
