Soledad Pastorutti anticipa su retiro con nostalgia y firmeza
Después de más de tres décadas de trayectoria ininterrumpida, Soledad Pastorutti, una de las voces más emblemáticas del folklore argentino, sorprendió al público con una declaración que marca un punto de inflexión en su carrera: “Me voy a morir cantando en mi casa, pero no en un escenario”.
La frase de Soledad Pastorutti, pronunciada durante una entrevista en el festival “Embalse Un Canto a La Vida”, no fue una renuncia formal, pero sí una señal clara de que la artista está comenzando a transitar el camino hacia su retiro de los escenarios.

Pero detrás de esa figura pública, hay una mujer que ha sabido equilibrar su carrera con su vida personal. Casada con Jeremías Audoglio y madre de dos hijas, Soledad siempre ha valorado el tiempo en familia y la autenticidad en su arte. En su reciente entrevista, la cantante expresó que se lleva bien con los cambios y que es fundamental hacer una lectura honesta de los ciclos personales y profesionales.
“No quiero quedarme siempre haciendo lo mismo. Me gustaría hacerlo contenta con mi arte, con el ida y vuelta con mi público. No venir y decir ‘siempre lo mismo’”. Esta reflexión muestra una artista que no teme reinventarse y que prioriza la calidad de sus espectáculos por encima de la rutina. A sus 44 años, Soledad reconoce que no puede volver a la intensidad de sus comienzos.

“Tengo 44, no puedo volver a cuando tenía 14, lamentablemente no”. Esta frase, cargada de sinceridad, revela una conciencia plena del paso del tiempo y de la necesidad de adaptarse a nuevas formas de vivir la música. Uno de los aspectos más destacados de su declaración fue el respeto que siente por quienes la contratan y por el público que la acompaña desde sus inicios.
“Alguien que te contrata está esperando algo muy groso, y yo respeto mucho esa parte”. Para Soledad, el escenario no es solo un lugar de expresión artística, sino también un espacio de compromiso con quienes esperan lo mejor de ella.
Decisión
Por eso, su decisión de alejarse de los escenarios no responde a un cansancio, sino a una búsqueda de autenticidad. “Yo no voy a hacer esto cuando ya no sienta el amor que siento”. La frase que más resonó fue: “Me voy a morir cantando en mi casa, pero no en un escenario”.
Con ella, Soledad Pastorutti deja claro que la música seguirá siendo parte de su vida, pero en un plano más íntimo. No se trata de abandonar el arte, sino de cambiar la forma de vivirlo. La artista quiere que algún día se la extrañe, para que se la quiera más todavía. Es una manera de preservar su legado y de cerrar su ciclo escénico con dignidad y gratitud.
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