SE CONOCEN DETALLES DEL JOCKEY QUE SECUESTRÓ Y MATÓ A SUS HIJOS EN URUGUAY

El doble filicidio de Uruguay sumó un nuevo y escalofriante capítulo. Se reveló cómo fueron las últimas horas del jockey que secuestró y mató a sus hijos de 2 y 6 años.
Andrés Morosini (28) trabajaba en la construcción como su padre, pero también era un apasionado de las carreras de caballos. Competía como Jockey en la ciudad de Mercedes y meses atrás había comprado un cuarto de milla con el que planeaba correr.
Desde chico estuvo ligado al turf y con el paso de los años se convirtió en jockey. En el ambiente generaba rechazo su conducta: lo describían como “una persona extremadamente complicada y rebelde a nivel profesional”.

Criado cerca del Hipódromo Viera y Benavidez, Morosini había sido suspendido de las competencias por un año por problemas de conducta.
En las últimas horas, fuentes del ambiente del turf confirmaron que Morosini intentó quitarse la vida apenas unos días antes de cometer el doble crimen de sus hijos. Según detallaron medios uruguayos, el jockey intentó ahorcarse en el stud del hipódromo de la ciudad, donde sus compañeros llegaron a rescatarlo.
El lunes pasado, cinco días antes del macabro hallazgo, su expareja -Micaela Ramos- había denunciado por violencia a Morosini. En consecuencia, la Justicia le prohibió acercarse a menos de 50 metros, pero no impuso restricciones con los menores y tampoco le colocó tobillera electrónica.
El padre de los dos nenes fue a la casa de su ex, discutió con ella, la amenazó y se llevó a sus hijos por la fuerza. Los subió a su auto y escapó a toda velocidad. Cuando se enteró de que la Policía de Soriano lo buscaba, Morosini se arrojó a más de 120 kilómetros por hora contra el arroyo Don Esteban.
Según fuentes citadas por el diario uruguayo El País, conocía bien la zona en la que asesinó a sus hijos. Había trabajado en la construcción del puente y sabía lo difícil que era escapar de ahí.
La correntada hizo que el auto se golpeara repetidamente. El frente quedó destrozado y la carrocería hundida por el peso del motor. Un buzo fue quien divisó el vehículo: estaba de trompa, apoyado en el fondo.