Rusia: crecen las dudas por la muerte del ex ministro de Transporte echado por Vladimir Putin
El exministro de Transporte de Rusia, Roman Starovoit, apareció muerto con un disparo en la cabeza dentro de su auto, en las afueras de Moscú, horas después de haber sido destituido de forma abrupta por el presidente Vladimir Putin. El hallazgo reavivó las sospechas sobre los métodos de castigo dentro del poder ruso y volvió a encender las alarmas por una secuencia que ya no sorprende: la muerte repentina de exfuncionarios cercanos al Kremlin tras perder el favor del presidente.
Según informó la portavoz del Comité de Investigación de Rusia, Svetlana Petrenko, el cuerpo de Starovoit fue encontrado en el distrito urbano de Odintsovo, con una herida de bala. Las autoridades rusas sostienen que la principal hipótesis es el suicidio, pero ni los detalles del caso ni el contexto político ayudan a disipar las dudas.
Tras la denuncia del Gobierno, Rusia negó la existencia de una red de espías
El despido del ministro se oficializó ese mismo día mediante un decreto presidencial que no incluyó motivos ni mención a una pérdida de confianza, una fórmula que el Kremlin suele utilizar en casos de escándalos internos. El portavoz presidencial Dmitri Peskov negó públicamente que la salida de Starovoit haya sido por una crisis de gestión, aunque el dato contrasta con el fuerte caos logístico que enfrentó Rusia en los últimos días por los ataques de drones ucranianos.
La destitución de Starovoit ocurrió luego de un fin de semana caótico en los aeropuertos rusos, donde se registraron cerca de 500 cancelaciones y 2.000 aplazamientos de vuelos por ataques ucranianos con drones. Miles de pasajeros quedaron varados en Moscú y San Petersburgo en el comienzo de la temporada estival, y las redes de trenes de alta velocidad colapsaron por la demanda.
En ese contexto, muchos apuntan a que Starovoit fue responsabilizado políticamente por el desborde. La designación de Andrei Nikitin como reemplazo se dio de inmediato, y el propio Putin anunció que lo propondrá ante la Duma Estatal para que asuma formalmente el cargo.
La gestión de Starovoit también venía marcada por otros episodios delicados: antes de llegar al Ministerio, fue gobernador de la región de Kursk, una zona que llegó a ser ocupada por tropas ucranianas y de donde su sucesor fue detenido por corrupción en la construcción de líneas defensivas.
Una muerte que alimenta el patrón
La muerte de Roman Starovoit se suma a una larga lista de funcionarios, oligarcas y exmilitares que han muerto en circunstancias sospechosas desde el inicio de la guerra en Ucrania. En muchos casos, las versiones oficiales hablaron de “accidentes” o “suicidios”, pero pocos de estos episodios fueron esclarecidos. En algunos casos, como el del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, las muertes se produjeron tras conflictos directos con el poder central.
Analistas internacionales remarcan que esta mecánica ya forma parte del ecosistema político ruso. “El mensaje es claro: nadie está a salvo si desafía la narrativa oficial o se convierte en un problema para el Kremlin”, señaló recientemente un exdiplomático europeo.