Reino Unido, Canadá y Australia formalizaron su reconocimiento a Palestina como Estado
El Gobierno del Reino Unido anunció de forma oficial este domingo su reconocimiento al Estado palestino, en un cambio de postura que desafía a Estados Unidos e Israel. De esta manera, en medio de una ocupación israelí en Gaza que recrudece día a día, sube la tensión geopolítica en el corazón mismo de la OTAN: el eje Washington-Londres.
La decisión llegó después de que el Gobierno británico considerara que Israel no cumplió con las condiciones establecidas para la guerra en la Franja de Gaza, y tiene como objetivo ejercer de instrumento de presión para una solución al conflicto iniciado el 7 de octubre de 2023.
Después del anuncio de Francia, Reino Unido también reconocerá al Estado de Palestina
Con el anuncio, Londres busca mantener viva la solución de los dos Estados. Es decir, que Israel y Palestina convivan en el mismo territorio con los límites predeterminados tras la fundación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948.
Presión diplomática sobre la guerra
El giro se efectúa en momentos previos a una nueva Asamblea Anual de las Naciones Unidas, marco en el cual se espera que otros Estados como Australia, Canadá, Francia y Portugal también reconozcan al Estado palestino.
Con la adhesión de Reino Unido y otros países gravitantes en el Consejo de Seguridad, como Francia, el reconocimiento a Palestina toma una mayor significancia en la comunidad internacional.
Francia será el primer país del G7 en reconocer a Palestina como un Estado
Sin embargo, Estados Unidos e Israel se oponen. Donald Trump desaprueba el plan, mientras que Tel Aviv sostiene que recompensa a Hamas. Pero el premier británico Keir Starmer enfatizó que el grupo terrorista estaría excluido de participar en el futuro del Gobierno palestino y que debe liberar a los rehenes israelíes.
Reino Unido ocupó el territorio que hoy se disputan Israel y Palestina luego del colapso del Imperio Otomano a partir del final de la Primera Guerra Mundial. En ese marco, ya en 1917 apoyó la idea de que este lugar, habitado entonces por una mayoría musulmana, fuera un hogar para el pueblo judío, pero sin que ello alterara los derechos civiles y religiosos de los palestinos.
