Quién es el sobrino secreto del rey de Bélgica y qué lugar ocuparía en la realeza
El mundo de la monarquía belga quedó en shock después de que el príncipe Laurent, hermano del rey Felipe de Bélgica, reconociera públicamente a un hijo fuera del matrimonio: Clément Vandenkerckhove, de 25 años. La revelación llegó acompañada de un comunicado oficial y del estreno del documental en la televisión belga donde el joven decidió contar su verdad.
El anuncio no solo impacta en la vida personal del hermano del rey, sino también en la percepción de la Casa Real, conocida por sus escándalos y disputas internas. “Con este anuncio, reconozco que soy el padre biológico de Clément Vandenkerckhove. En los últimos años, hemos debatido este asunto abierta y honestamente. Este anuncio se basa en un sentido de comprensión y respeto hacia las personas implicadas”, declaró Laurent en un comunicado.
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Aunque la existencia de Clément no era un secreto absoluto, ya que los rumores circulaban desde hace años, nunca había habido confirmación oficial. Su madre, la cantante y actriz belga conocida como Wendy Van Wanten (su nombre real es Iris Vandenkerckhove), siempre mantuvo el misterio en torno a la identidad del padre. Ahora, el reconocimiento abre interrogantes sobre qué lugar ocupará el joven dentro de la realeza.
“Mi padre no hizo nada malo, ni mi madre tampoco. Quiero poder vivir una vida normal y que ya no me pregunten constantemente: ‘¿Sabes siquiera quién es tu padre?’. Quiero acabar con eso”, expresó Clément en el documental.
¿Quién es Clément Vandenkerckhove?
Clément Vandenkerckhove nació el 16 de agosto del 2000 fruto de la relación entre el príncipe Laurent y Wendy Van Wanten. Desde pequeño estuvo bajo la mirada de la prensa belga, aunque sus padres intentaron protegerlo de la exposición. A los 11 años, su padrastro, Frans Vancoppenolle, llegó a enviar una carta a los medios para prohibir la publicación de fotos suyas.
“Ha llegado a una edad en la que toda esta información puede afectarle. No es que llore en su cama, sino que sus amigos se lo cuentan. Simplemente queremos darles a nuestros hijos una infancia sin preocupaciones”, afirmó en ese momento.
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Criado en un entorno mediático pero con perfil bajo, Clément se describió en distintas entrevistas como un joven reservado, interesado en el arte y la pintura. Según su madre, “es un chico muy educado, con buen corazón. No es de los que salen mucho, pasa la mayor parte del tiempo estudiando y trabajando”.
Hasta enero de 2025, trabajó como vendedor en un taller mecánico en Deinze, Flandes Oriental. Allí pudo combinar su vida laboral con una de sus grandes pasiones: los autos. Según allegados, comparte con su padre el interés por los coches y los caballos.

En su vida personal, su madre reveló en 2020 que mantenía una relación con una joven venezolana a la que conoció por internet. “Se conocieron por Skype y después él quiso ir a verla. Ahora a veces ella viene a casa, o él viaja donde está ella”, dijo Wendy Van Wanten.
Clément asegura que no le interesan las fiestas ni la exposición mediática. Prefiere pasar tiempo con amigos y reflexionar sobre temas de la vida. “Quiero simplemente vivir con amabilidad y ligereza, sin juicios ni presiones”, expresó en la producción televisiva.
El joven también mantiene un perfil activo en redes sociales, donde publica fotos relacionadas con su vida cotidiana y sus intereses, pero sin hacer ostentación de su linaje. Más allá del apellido y del peso de su nueva identidad, insiste en que quiere ser visto como alguien común.
La relación con su padre, el príncipe Laurent
El vínculo entre Clément y el príncipe Laurent estuvo marcado por décadas de secretos, rumores y silencios. En el documental, el joven recordó cómo conoció a su padre en un centro comercial recién a los 13 años: “De repente, un hombre se paró junto a mi madre. Ella dijo: ‘Clément, este es tu papá’. Todo pasó rapidísimo, pero no tenía ni idea de quién era ni cuál era su estatus”.
Más tarde, a los 16, descubrió no sólo la identidad de su padre sino también su condición real. “Me miraba en el espejo para ver si me parecía a él. Y pensé: ‘Espera, si él es un príncipe, ¿qué soy yo?’. Me preocupaba mucho eso. Así que mi tío es el rey de Bélgica. Nunca le di mucha importancia, pero la cabeza de mi abuelo está en la moneda de un euro. Me lo enfrentaba a diario”, relató.
El primer contacto formal entre ambos fue telefónico. “Le dije: ‘Lo único que nunca quiero es que dejes de desearme’. Y él respondió de inmediato: ‘Puedes estar seguro de que eso nunca sucederá’”. Después llegaron encuentros personales y finalmente una prueba de ADN, que confirmó la paternidad. “Estoy muy feliz, pero también es lo más normal del mundo tener a tu padre en tu vida”, agregó Clément.

El príncipe Laurent, por su parte, reconoció que el anuncio fue el resultado de un acuerdo entre las partes. “Este anuncio se basa en un sentido de comprensión y respeto hacia las personas implicadas. Es el resultado de una consulta conjunta”, dijo.
¿Puede Clément convertirse en príncipe o rey de Bélgica?
El caso de Clément abrió un debate en Bélgica sobre si puede recibir un título nobiliario. Según la prensa local, el rey Felipe evalúa firmar un decreto real que le otorgue el tratamiento de “Su Alteza Real Clément, Príncipe de Bélgica, Príncipe de Sajonia-Coburgo”. De concretarse, también podría adoptar oficialmente el apellido de la dinastía, Van Saksen-Coburg.
Sin embargo, este título no lo colocaría en la línea de sucesión al trono, ni le garantizaría una asignación económica de parte del Estado. Tampoco pasaría a integrar la Casa Real oficial, diferencia clave respecto de los hijos nacidos dentro del matrimonio.
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El precedente más cercano es el de Delphine Boël, reconocida como hija del rey Alberto II en 2020 tras una batalla legal. Ella obtuvo el título de princesa de Bélgica y el tratamiento de alteza real, aunque no fue incluida en la sucesión.
Expertos como el periodista belga Wim Dehandschutter advirtieron que, en el caso de Clément, será fundamental el reconocimiento oficial en el registro civil. Sin esa formalidad, no podría recibir el título. Además, el rey Felipe había dispuesto en 2015 limitar la concesión de títulos reales a descendientes de matrimonios legítimos.
En cualquier caso, su reconocimiento formal ya supone un giro inesperado en la historia de la familia real. Como dijo él mismo en el documental: “Quiero que esto quede atrás. Solo quiero poder ir a tomar una cerveza con mi padre”.
RV/ff