La nueva miniserie de Netflix, A Body Than Works, está dando que hablar es una producción israelí de sólo ocho capítulos que atrapa desde el primer minuto. Con una duración cercana a los 45-55 minutos por episodio, esta historia no se anda con vueltas y aborda sin filtro un tema controversial: la maternidad subrogada, con sus implicancias emocionales y éticas.

En el centro de la trama se encuentra una pareja israelí que no puede tener hijos y decide recurrir a esta opción para formar una familia. Así aparece un tercer personaje que aceptará gestar al bebé por un acuerdo económico, lo que desencadena una red de tensiones: culpa, deseo, dependencia y poder. La serie muestra cómo, cuando el deseo de ser padre o madre se mezcla con la necesidad económica, se derrumban barreras que supuestamente eran inquebrantables.

La producción proviene de Israel y se destaca por no tomar partido fácil. No es una historia de héroes y villanos: cada personaje es complejo, con grises que generan identificación aunque provoquen incomodidad. En ese sentido, se convierte en una de las mejores miniseries de Netflix para quienes buscan algo más que entretenimiento ligero.

El elenco funciona como engranaje perfecto: actores reconocidos que le dan credibilidad a cada conflicto interno y externo. Hay momentos en que los silencios pesan, y otros en los que las decisiones parecen irreversibles. Todo esto enmarcado en la realidad contemporánea de un país que, al igual que muchas sociedades, se enfrenta al choque entre tradición, deseo y mercado.

LA MINISERIE DE NETFLIX QUE NADIE QUIERE PERDERSE

Más allá de la historia, lo que genera impacto es la pregunta que queda flotando en el aire: ¿Quién es el verdadero progenitor? ¿Quién tiene derecho sobre esa nueva vida? ¿Y qué sucede cuando los contratos rígidos se rompen ante la fuerza del afecto y la culpa? Estas son las grietas que explora la miniserie.

Además del poderoso guion, la dirección se luce con una estética sobria y una cámara íntima que se mete en los momentos más vulnerables de los protagonistas. Cada escena está pensada para reflejar el peso emocional de las decisiones que toman, y eso convierte a A Body That Works en una experiencia profundamente humana.

Si estás buscando una serie israelí en Netflix que no se quede en lo superficial, esta es la indicada. Perfecta para maratonear en un solo fin de semana, te deja pensando. No sólo por lo que cuenta, sino por lo que calla. Una propuesta que merece ocupar un espacio destacado en la lista de “ver ahora”.