Qué santo se recuerda hoy, 12 de noviembre

Livia Pietrantoni nació en 1864 en Pozzaglia Sabina, Italia, y desde joven mostró una notable fortaleza de carácter y profundo espíritu de fe. Trabajó arduamente, incluso transportando sacos de piedra para ayudar a su humilde familia, demostrando una precoz sabiduría y responsabilidad. Ante la insistencia de su madre para casarse, Livia respondió: «Deseo escoger una Congregación en la que haya trabajo de día y de noche».
A los 22 años, Livia ingresó a las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret en Roma, tomando el nombre de Sor Agustina. Su vocación estaba claramente orientada al servicio constante. Tras el noviciado, fue destinada al Hospital Santo Spirito, un lugar con un ambiente hostil a la religión debido al clima político de la época.
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Fue enviada a servir en la sala de tuberculosis, una de las más difíciles, donde trataba a los enfermos, muchos de ellos hombres de carácter rudo o reclusos, con inagotable paciencia y alegría. A pesar de que los signos religiosos estaban prohibidos, su fe y devoción a la Virgen María se mantuvieron firmes.
Su bondad y caridad atrajeron el resentimiento de Giuseppe Romanelli, un paciente problemático que había sido expulsado de su servicio. Él la insultaba y amenazaba públicamente, sin que la hermana disminuyera su trato caritativo hacia él o su familia.
El 13 de noviembre de 1894, Romanelli la atacó por sorpresa y la apuñaló repetidamente. Mientras agonizaba en el suelo, las únicas palabras que pudieron escuchar sus labios fueron invocaciones a la Santísima Madre y un perdón inmediato para su asesino.
Santa Agustina Pietrantoni: milagros, devoción y oración
El sacrificio supremo de Santa Agustina, sellado con el perdón, fue reconocido como un martirio de caridad. Su causa de beatificación comenzó en 1945, y fue declarada Venerable en 1968. Fue beatificada por el Papa Pablo VI el 12 de noviembre de 1972, fecha en que se celebra su fiesta.
El milagro que condujo a su canonización fue aprobado por el Papa Juan Pablo II en 1998, y fue canonizada el 18 de abril de 1999. El milagro se relaciona con una curación inexplicada que la Iglesia atribuyó a su intercesión.
La devoción a Santa Agustina es particularmente fuerte entre el personal de enfermería; de hecho, fue nombrada patrona de las enfermeras en Italia en 2003. Es vista como un modelo de paciencia, servicio gozoso y perdón incondicional, incluso en circunstancias extremas.
Una oración que se le atribuye refleja su espíritu de entrega total: «Cada día de mi vida te pertenece, Dios mío, y cada acción de mi vida debe realizarse con la intención pura de honrarte solo a Ti. Desde este momento, los ofrezco a Tu Sagrado Corazón.»
En el día de Santa Agustina, el santoral católico también recuerda a otros santos importantes. La fecha es compartida con San Josafat y San Renato de Angers. En la semana del 9 al 15 de noviembre, se recuerdan figuras como la Dedicación de la Basílica de Letrán, San León Magno, San Martín de Tours y Santa Francisca Javier Cabrini.
