El delicado estado de salud de Thiago Medina mantiene en vilo a su entorno más cercano. El joven ya lleva doce días internado en terapia intensiva, con ambos pulmones comprometidos y bajo estricto control médico. Frente a este duro panorama, Nacho Castañares se convirtió en el principal apoyo de Daniela Celis y su familia, quienes atraviesan horas de incertidumbre y rezos.

“Está acompañando a Daniela con la situación de Thiago. Aprovechamos a mandar mucha fuerza y mucho apoyo para que se recupere”, explicó Tato Algorta en pleno vivo de Fuera de Joda, al justificar la ausencia de su compañero en el ciclo de stream de Telefe. La decisión de apartarse del trabajo fue leída como un gesto noble de parte del finalista de Gran Hermano, que eligió priorizar la contención.

El vínculo entre Castañares y la pareja de Celis nació dentro de la casa más famosa del país y se fortaleció una vez que apagaron las cámaras. Desde que trascendió la descompensación respiratoria de Medina, el joven no se despegó ni un segundo de Daniela. “Gracias a Nacho y a todos mis amigos del reality que me acompañan en este momento tan duro”, expresó ella con emoción ante la prensa.

Durante el fin de semana del accidente, el ex hermanito y varios de sus compañeros —entre ellos Marcos Ginocchio, Julieta Poggio, Romina Uhrig y La Tora Villar— se instalaron en la casa de Celis para cuidarle a las gemelas. Ese gesto le permitió a la flamante mamá trasladarse al hospital y también acercarse a la iglesia, donde pidió por la recuperación de su pareja.

EL PEDIDO DE CADENA DE ORACIÓN PARA THIAGO MEDINA

La movida de oración que iniciaron Daniela y su hermana Camilota sumó decenas de seguidores en redes sociales, que se prendieron al pedido de fuerza. La familia insiste en que confía en que todo mejore, aunque los médicos mantienen la prudencia en cada parte. “Estamos pidiendo que se mantenga la cadena de oración, es lo que más lo sostiene”, deslizó el entorno.

El círculo íntimo se muestra unido y aferrado a la fe. Mientras tanto, los amigos del reality se mantienen cerca para darle fuerzas a la joven madre y acompañarla en esta tormenta. “Lo que necesitamos ahora es un milagro”, se escuchó decir con crudeza en los pasillos de la clínica, dejando en claro que la esperanza es lo último que pierden.