Pudding de chía y frutilla: la receta fácil y deliciosa que se convirtió en la favorita de las oficinas
A veces, lo único que necesitamos es una receta simple que nos saque del apuro sin dejar de ser rica. El pudding de chía y frutilla es exactamente eso: una combinación perfecta entre sabor y practicidad. Se prepara en minutos, no necesita cocción y, lo mejor de todo, podés hacerlo la noche anterior y tener listo tu desayuno, postre o snack para la oficina.
La clave está en la chía, una semilla pequeña pero poderosa, rica en fibra y en ácidos grasos omega 3. Cuando se mezcla con un líquido, se transforma en una textura cremosa similar a un flan. Si a eso le sumás frutillas frescas y un poco de yogur, el resultado es un postre natural, colorido y lleno de energía.
Ingredientes (para dos porciones)
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4 cucharadas de semillas de chía
- 1 taza de leche (de vaca, almendra, avena o coco)
- 1 cucharadita de miel, azúcar mascabo o stevia (opcional)
- 1 taza de frutillas frescas o congeladas
- ½ cucharadita de esencia de vainilla (opcional)
- Yogu natural, griego o de frutilla (para acompañar)
- Granola, coco rallado o almendras picadas (para decorar)
Preparar el pudding de chía y frutilla es tan simple como mezclar las semillas de chía con la leche y, si querés, un toque de miel o vainilla. Después de unas horas en la heladera, las semillas absorben el líquido y forman una textura suave y espesa. Mientras tanto, podés lavar y cortar las frutillas —esas que le dan el color y la frescura al pudding— y reservarlas para el armado.
Cuando esté listo, solo tenés que armar las capas: una base de pudding, una capa de frutillas, otra de yogur, y repetir hasta llenar el vaso o frasco que elijas. Si querés un toque crocante, sumá granola, coco o almendras por encima.
Lo mejor es que podés dejarlo preparado en la heladera y llevarlo al trabajo al día siguiente. Se mantiene fresco por varios días y se adapta a todos los gustos. Si cambiás las frutillas por duraznos, frutos rojos o banana, cada versión tendrá su encanto.
Simple, natural y delicioso: el pudding de chía y frutilla es una de esas recetas que prueban que comer bien también puede ser fácil. Perfecto para arrancar el día con energía o para regalarte una pausa dulce entre tareas.
