Presupuestos, IPC y cambios de gabinete
Una semana de proyecciones para el 2026. Comenzó el debate sobre el esquema de ingresos y gastos para el próximo ejercicio. Desde la Casa Rosada ya trabajan para alcanzar el objetivo que el presidente Javier Milei le trazó a sus viejos y nuevos colaboradores. El presupuesto 2026 y el paquete de reformas laboral, tributaria y previsional, deberían estar aprobadas para el mes de febrero. La intención incluye el llamado a sesiones extraordinarias que el presidente enviará al congreso para que avancen durante el periodo estival. El trámite es al mismo tiempo económico, legislativo y político. En rigor, el presupuesto prorrogado, como finalmente aprendió el kirchnerismo, no resulta tan mala opción para un gobierno cuyo modelo goza de cualquier retraso en lo que a partidas públicas se refiere. De repetirse el escenario que dejó a Milei sin ley de leyes durante los dos primeros años de su gobierno, los libertarios contarían una vez más con buena parte del ajuste realizado a cuenta y cargo de la ingenuidad opositora.
Se trata también de un desafío político. La Casa Blanca observa con celo la capacidad que el gobierno argentino demuestre en la construcción de consensos. El altruismo de los republicanos con Argentina depende en buena medida de la viabilidad política que demuestre el modelo económico desplegado por las ideas de la libertad. De allí que el contundente triunfo en 16 de los 24 distritos deba completarse con el colaboracionismo explícito de los gobernadores a través del congreso. Aun así, nada indica que Milei esté dispuesto a reactivar obra pública desde el estado central o a intervenir activamente en el desarrollo de las economías regionales desde la inversión pública directa. Los bordes de la negociación están claramente limitados a las máximas macroeconómicas irrenunciables: superávit fiscal, estabilidad cambiaria, emisión cero y desregulación. Todo indica que las concesiones libertarias a los mandatarios provinciales se darán en el plano estrictamente financiero. La discusión de un nuevo esquema en el régimen coparticipable, el reparto automático de los Aportes del Tesoro Nacional, y la modificación del régimen tributario estarán sobre la mesa. El viento a favor con el que cuentan los gobernadores no es menor. Allende los internismos de la centro-derecha entre el Pro, los Libertarios y algunos sectores conversos de la UCR, pocas pero buenas, las bancas en el congreso que responden a los ejecutivos provinciales podrían desempatar más de un litigio político entre los modelos nacionales de la grieta.
La Neuquinidad debutará en el congreso con dos bancas. Serán Karina Maureira en diputados y Julieta Corroza en la cámara alta, las representantes de la coalición provincial que responden a Rolando Figueroa. Las malas nuevas que el precio del petróleo propina a las cuentas públicas provinciales son solo relativas. Neuquén exhibe una autonomía económico-financiera envidiable para otros gobernadores, por ejemplo, del norte argentino. El barril promedió los 64 dólares y las previsiones presupuestarias lo ubicaban en 80. Según explicó la subsecretaria de hacienda Carola Pogliano “el aumento de la producción ayuda, pero no alcanza a comenzar esa baja”. Así y todo, desde el gobierno neuquino apuestan a sostener el superávit y el exigente ritmo de obra pública que Figueroa trazó en el horizonte hacia 2027. No se trata de un gobierno extremadamente condicionado en sus finanzas y dependerá de cada coyuntura el aprovechamiento que la coalición neuquina alcance en el ajedrez nacional.
Mientras tanto, las negociaciones con los sindicatos del sector público se iniciaron temprano. Un sello de la gestión Neuquinizante que intenta repetir otro año de sustentabilidad política sin grandes conflictos y con los chicos en las aulas durante todo el ciclo lectivo. La vedette de las primeras reuniones no escapó a lo obvio: actualización trimestral por Índice de Precios al Consumidor. Una pretensión de la dirigencia sindical que deberá exhibir frente a sus representados por lo menos ese logro. Sin definiciones concretas, el gobierno evalúa esa posibilidad y diagrama una propuesta que conforme a las asambleas gremiales.
Al mismo tiempo, Figueroa comenzó a desplegar los reacomodos puertas adentro. Dos criterios innegociables del mandatario son conocidos por su círculo de colaboradores: transparencia y apego al trabajo. Dos nombres superan la zaranda a los ojos del gobernador. Su incondicional colaborador, el politólogo Juan Luis “Pepé” Ousset y la joven dirigente Leticia Esteves. El primero absorberá más funciones desde la jefatura de gabinete, la segunda, será ministra de Turismo, Ambiente y Recursos Naturales. Ambos, acordes a la renovación generacional con la cual Figueroa se propone expurgar la política neuquina.
En la ciudad, el intendente Mariano Gaido envió al deliberante el proyecto de presupuesto y la ordenanza tarifaria. Con números récord en obra pública que pretenden alcanzar el 42 por ciento del total erogado, y una admirable austeridad en personal (25%), las ejecuciones previstas para el próximo año alcanzan quinientos cincuenta y siete mil millones de pesos. Una apuesta acorde a las exigencias de una ciudad cuya dinámica exige a la gestión pública mucho más que el tradicional alumbrado, barrido y limpieza. “En líneas generales se sostienen dos aspectos. El orden fiscal que se propone y una asignación muy importante a la obra pública” según detallo la concejal Victoria Fernández, una de las incondicionales del mandatario municipal.
El 10 de diciembre asoma como la próxima fecha políticamente relevante. Es el relanzamiento de los gobierno nacionales y provinciales. Es también el inicio de los dos últimos años de gestión para los libertarios en la casa rosada, para La Neuquinidad en la provincia y para Mariano Gaido en la ciudad de Neuquén. Lejos del vacío de poder que alguna lógica pre-electoral podía prever, se trata de tres gestiones en alza que competirán en ritmo y rumbo para dirimir sus renovaciones dentro de dos años. Inicia un nuevo capítulo.
