PBA poselectoral: la interna peronista se muda al gabinete, la Legislatura y leyes clave

El temblor que dejó la derrota electoral en el peronismo bonaerense apenas acaba de comenzar. En espejo con las primeras críticas que aparecieron en la gestión de Alberto Fernández, Cristina Kirchner decidió dejar expuestas las diferencias con Axel Kicillof en una carta. Pero hay más porque la nueva fase del enfrentamiento ya empezó y promete capítulos inmediatos.
El gobernador bonaerense repite desde hace meses que él no será el responsable de una ruptura. No son pocas las voces que viene escuchando sobre dejar atrás a quien fue su jefa política. Hace algunos días, Federico Storani le dijo que era momento de emanciparse. Kicillof desarmó el planteo de inmediato: ¿Cuántos votos pierde por dejar a CFK y cuántos aportan quienes llegan con ese planteo? la cuenta no cierra.
Uno de los focos de la disputa se posa sobre el gabinete bonaerense. El gobernador tiene en sus filas a cuatro funcionarios que responden a la titular del PJ: Juan Martín Mena (Justicia), Nicolás Kreplak (Salud), Daniela Villar (Medio Ambiente) y Florencia Saintout (Instituto de Cultura). “No los vamos a tocar”, dicen cerca de Kicillof. Cristina Kirchner tampoco tiene pensado retirarlos. Cualquier movimiento marcaría ya una ruptura definitiva.
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Pero la línea de fuego en donde puede quedar más que evidenciada la crisis peronista es en la Legislatura. Allí se deben definir las nuevas autoridades de las Cámaras, el presupuesto 2026 y el endeudamiento. Y es acá en donde la figura de Sergio Massa puede terminar definiendo el equilibrio interno: su decisión sobre a quién acompañar en la pulseada bonaerense será determinante. No da pistas y avisa: “lo único que pretendo es que se mantenga la unidad”.
El lunes Kicillof presentará el proyecto de Presupuesto junto a intendentes y funcionarios leales. Tendrá una parada difícil también al momento de pedir autorización de endeudamiento para los vencimientos de deuda. Kicillof concentró la estrategia electoral en su territorio, pero los números no lo favorecen y ahora deberá negociar con propios y ajenos.
De 39 diputados que tendrá Fuerza Patria a partir de diciembre, 18 responden al kirchnerismo, once al Movimiento Derecho al Futuro (espacio del gobernador) y diez al Frente Renovador. En el Senado (contará con 24 de 46 legisladores) 13 son de CFK, seis de Kicillof y tres de Sergio Massa. Además, hay dos que juegan para uno u otro lugar, según los acuerdos alcanzados.
En la pelea interna, un importante dirigente le dice a PERFIL: “El acuerdo por la presidencia de Diputados era uno y uno entre el kirchnerismo y el Frente Renovador, ahora le toca a La Cámpora”. En el momento de llegar a esta distribución, el kicillofismo no peleaba por las autoridades. Pero aseguran que ahora a este sector le corresponderá la presidencia del bloque. En el Senado, detallan que el bloque debe ser presidido por el sector que responde a Cristina Kirchner ya que la presidencia es para el gobernador. Acá el Frente Renovador se quedaría con la vicepresidencia. “Esto es lo hablado, con tanta pelea no sé si finalmente quedará así”, admiten. Kicillof teme un acuerdo entre el kirchnerismo y Massa que traben los proyectos necesarios para gobernar. ¿Cuánto más pedirán, además del reparto de autoridades?
“El año pasado y este nos hicimos los distraídos y culpamos a la oposición cuando no salían las leyes aunque era evidente que los propios compañeros las trababan, ahora si hacen lo mismo los dejaremos en evidencia”, dicen desde la Gobernación. Sin embargo, desde estos sectores apuntados dicen que “el problema no es la interna” y que el jefe provincial debe mirar a la oposición. Y explican: “Esos sectores ven que este es su último veranito y quieren lugares en el Bapro, en la Corte, en el Tribunal Fiscal de Apelaciones y en el Consejo General de Cultura y Educación”.
Kicillof necesita las leyes económicas, pero su acompañamiento será puesto en discusión con el reparto de cargos que viene reclamando la oposición desde hace tiempo. Aún suponiendo que la interna se aplaca y el gobernador consigue que se alcen todas las manos peronistas, también necesitará apoyo ajeno. El gobernador debe abrir las negociaciones hacia adentro y hacia afuera. Los últimos acuerdos no se cumplieron y ahora todos miran con desconfianza hacia la casa de gobierno. Kicillof sabe que no podrá imponer su voluntad sin alianzas. La incógnita es hasta dónde está dispuesto a ceder y hasta dónde el kirchnerismo está dispuesto a dejarlo sin herramientas para gobernar ante un escenario de crisis cada vez más profunda.
