Para Pablo Touzon, «Milei es un motoquero a 200 km/h por la Cordillera de los Andes»
Pablo Touzón, codirector de la consultora Escenarios AR, señaló que el gobierno de Javier Milei enfrenta una crisis política y económica preexistente a las elecciones y que la estrategia oficial es la polarización para recuperar el «acompañamiento social» a la figura presidencial. “Milei es como un motoquero a 200 kilómetros por hora por la Cordillera de Los Andes”, expresó Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Pablo Touzón es codirector junto a Federico Zapata de la consultora Escenarios AR. Es periodista licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Buenos Aires (UBA), analista, fundador y editor de la revista digital Panamá. Ha cursado estudios internacionales en la Universidad Di Tella. Es coautor, junto con Martín Rodríguez, de los libros “La grieta desnuda, el macrismo y su época” y “¿Qué hacemos con los Menem? Los noventa, veinte años después”.
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Economistas y políticos explican que estamos en el final de una era económica y política. Otros consideran que el Gobierno saca en las próximas elecciones algo cercano al 40%, se liberan las bandas del dólar, se establece en 1600 pesos y esto continúa. ¿Te inclinás por alguna de estas dos?
Si tuviese que elegir me inclino más por la primera, pensando que el problema es preexistente a la elección. Las inconsistencias del programa económico sumadas a las inconsistencias del programa político arrancan con esta especie de hubris, como diría Nelson Castro, con la elección de Adorni en la Ciudad, cuando le ganan al PRO, lo dejan tercero y creen que pueden proyectar ese modelo muy específico tal vez de la CABA a todo el territorio nacional. Ahí terminó de consolidarse la caída de Santiago Caputo, que hoy va y viene, pero que en definitiva desapareció estos meses como armador político y eje central del triángulo gubernamental, y se consolidó el poder de Karina Milei.
El formato político del Gobierno, el formato económico y los problemas que ellos tenían preexistían a la elección. Las dudas de inversores extranjeros preexistían a la elección. La elección funcionó como una especie de acelerador de cosas que ya existían de antes. Entonces no es solamente que la perspectiva de un retorno del kirchnerismo desencadena toda la crisis del programa económico y del programa político o del esquema gubernamental, sino que ya existía.
Incluso en un escenario de rebote electoral, donde suponemos que la victoria de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires funciona como una especie de factor miedo en las provincias y que entonces hay una recuperación, que yo creo que sí va a suceder en la provincia de Buenos Aires, y que en las provincias al Gobierno le va mejor, consolidando una especie de situación de semiparidad con las distintas oposiciones que tiene todo el país,. Porque son distintas, no es el kirchnerismo siempre y eso es un tema también. Así y todo, lo que sucede con el programa económico y lo que sucede con los escándalos de corrupción de Karina Milei y el clan Menem se perpetúa. Hay una sección de ciclo cerrado en algún esquema gubernamental y la crisis se da porque nadie imagina cuál podría ser el otro.
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¿Y cuál podría ser el otro? Milei se transforma en otra persona, toma conciencia de la debilidad de su Gobierno y busca a todas aquellas personas del marco político que están de acuerdo en que haya equilibrio fiscal. Por ejemplo, Provincias Unidas, el PRO y una parte de Juntos por el Cambio y los radicales. Si pusiese de jefe de Gabinete a Schiaretti, de ministro de Economía a Lacunza, y de ministro del Interior a algún radical, se podría armar un gobierno de coalición nacional con dos tercios de los votos totales del país. Me parece que el carácter del Presidente no está preparado para eso.
Sumale un inconveniente más, que es que este tipo de coaliciones de unidad nacional nunca son perfectas. En este caso sería contra el formato económico del kirchnerismo. Esta concertación, como si fuese en Italia contra el Partido Comunista, hay que hacerla cuando estás bien, no cuando te viene a buscar la policía. Esta idea que también la tuvo Mauricio Macri de llamar a la unidad nacional cuando uno está contra las cuerdas nunca funciona, porque los incentivos que existían antes no existen más. Además, porque en el caso específico de Milei, él deconstruyó eso.
En los primeros momentos del Gobierno, él elige referentes de la casta política. Suma algunos cordobeses, suma por acá, lo suma a Daniel Scioli y evita entregarle el gobierno a Macri, que yo creo que en ese punto fue un acierto porque había que reconstruir la autoridad presidencial, y no podía hablar un Alberto Fernández. Pero todo eso lo fue echando y mal echando a todos, hasta incluso hasta el hermano Joaquín de la Torre, gente que podría tener una afinidad ideológica más grande. Explícame cómo las mismas personas que se acercaron en su momento en la buena vendrían ahora en la mala.
Por otro lado, sin ninguna garantía de que eso no se vuelve a deconstruir como ya se hizo en otro momento. Y yo creo que el gran problema que tiene el Gobierno es que como solamente podría implicar el corrimiento de la figura de Karina Milei, y sabemos el rol que ella tiene en la mente presidencial, uno diría que solamente uno podría crear un gobierno de unidad nacional que corra al clan Menem y al mileísmo 2025, después de la elección porteña. De hecho, ayer estaban entre que iban y venían en el equipo de campaña, ni siquiera en el Gobierno, y todavía no se pudo hacer.
Hay como un intríngulis muy difícil. En el deterioro que tiene el panorama político argentino es difícil pedirle a los demás que dejen sus ansias legítimas de oposición para el 2027 simplemente para ayudar a un gobierno que siempre los basureó. Es medio complejo eso.

Comparto plenamente. ¿Y entonces? Si este es un fin de ciclo político y económico y no hay manera de que él pueda rearmar algo diferente, ¿cómo se resuelve esta crisis política y económica de fin de ciclo al segundo año?
Ellos van a apostar a una especie de polarización extrema y a una nacionalización de la campaña. Primero se vio fue la conferencia de prensa, que fue como amigable, y después distintos funcionarios comenzaron a hablar de lo del partido del Estado. Es gracioso porque si existiese el partido del Estado como tal, algunos de ellos estarían ahí. Inclusive Pilar Ramírez, que es de Karina Milei.
Dicen que los candidatos son malos los de la lista, entonces hace falta concentrar la fibra de Milei. Fijate qué paradójico cómo funciona. Milei a Córdoba y a todos lados para nacionalizar la campaña y, por ende, funcionar como una especie de mega fusible de toda esa mala lista que no creo que se hayan autoimpuesto en la lista. No es que la tomaron por asalto, alguien decidió que ellos estén ahí. Milei es como un motoquero a 200 kilómetros por hora por la Cordillera de Los Andes y la carrocería es él mismo. Entonces, para proteger al triángulo o la banda de los cuatro, se tiene que poner él, con lo cual se expone aún más a una posible mala derrota.
El peso específico de Milei era acompañamiento social. Sabiendo que no tenía gobernadores, no tenía diputados, no tenía cuadros, y que no quiso tener tampoco acompañamiento de tipo técnico, necesitaba el blindaje de la popularidad social. Entonces va a tratar de recuperar eso como forma de ir eventualmente mejor nutrido a esa negociación, incluso si hay una especie de cambio del esquema político.
De acá a octubre Milei no va a poder hacer nada a nivel de concertación con ningún otro sector. Entonces va a tratar de polarizar tratar y que en la elección le vaya lo mejor posible para que, incluso en un escenario de reset político que tenga que tener después de octubre, sea en mejores condiciones que hoy. Entrando en la vieja terminología del Frente de Todos, va a buscar darle volumen al gabinete y tratar de apelar a sectores que, en el marco de una especie de llamamiento a frenar el kirchnerismo, se puedan sumar.
Pero es complejo porque va a necesitar mejores resultados en las elecciones y, además, algún broker, alguien que le funcione como un garante de eso. Y no creo que pueda ser Guillermo Francos tampoco. Tiene que ser alguien de mayor envergadura para afuera. La pregunta es si Macri es esa persona, y la verdad que no lo sé.
A veces necesariamente todos fingimos demencia, porque no hablamos de lo que en realidad en el fondo pareciera desprenderse maduro de todo esto. Si no hay alternativa, la institucionalidad tendrá que encontrar una alternativa, si no una alternativa política ni una alternativa económica. Y si la alternativa política no permite que la alternativa económica se desarrolle, vamos a entrar en una situación institucional más que en una situación de orden de grado político. Probablemente una situación de falta de recursos de gobernabilidad que va a derivar en un problema institucional.
Incluso hay un problema ahí, que es que la crisis política que un poco expresa Milei no se zanjó todavía. Igual, esto mismo pasó en 2001-2002. Los mismos que corrían a la pedrada tuvieron que elegir después un presidente. Pero el tinglado partidario y el entramado de la política profesional está más dañado incluso que en aquella época. Está todo más atomizado y más roto.
El peronismo de la provincia de Buenos Aires está en un estado de interna abierta. Cristina vive el triunfo de Kicillof como una derrota. El partido bonaerense que puso un presidente en 2002 no lo podría poner hoy, o por lo menos es una pregunta. El partido de la Ciudad, el macrismo, también está en estado catatónico entre lo que sucedió con el PRO, entre La Libertad Avanza y lo que no proyecta la Ciudad como si fuese una alternativa de gobierno. Es simplemente para pensarlo como una especie de geopolítica interna del país.
La solución del 2002 en ese caso fue apelar al partido bonaerense que le da un golpe de Estado a Rodríguez Saá, dicho metafóricamente, el último gobernador del Interior hasta Kirchner, y se produce eso. Pensándolo en abstracto, es un escenario realmente complejo, porque no es solamente un problema del Gobierno. También la oposición tiene mucha atomización todavía.
Tampoco es la situación de aquel momento, porque en aquel momento no había vicepresidente. Hoy acá hay vicepresidente, que adolece de las mismas limitantes que el presidente o aún peores. No tiene capilaridad territorial, no tiene partido político, no tiene un grupo tecnocrático capaz de gobernar. Está en una situación todavía peor.
El desdoblamiento a Milei le funcionó como una especie de PASO. Entonces le pasó lo mismo que le pasó a otros con las PASO y hoy nadie le va a dar pelota, sumando los antecedentes que ya mencionamos y la personalidad. Pero supongamos que después de octubre va hacia un acuerdo, todos van a necesitar incluir algún formato de casta dentro del menú, incluso la deteriorada clase política argentina, porque es muy imposible zafarse de eso por una cuestión hasta técnica.
Hay una cosa que yo creo que Milei no percibió, que es que incluso los gobiernos más revolucionarios de la historia, hasta Lenin en 1918, sumaron gente del zarismo de antes o cuadros técnicos. Toda la revolución del siglo XX al final terminaba mandándole Cuba a la Unión Soviética un delegado de ingenieros para que se ocupen un poco del tema. No existe la idea de apagar por completo el Estado y quedarse con dos áreas no más porque la cosa empieza a rechinar.
TV/ff