Multarán a los pescadores que no sacrifiquen a una especie invasora
En territorio español, el río Segre en Lleida es el elemento que divide la ciudad y da vida a la región, un corredor ecológico que une puntos históricos y naturales, ofreciendo espacios para la naturaleza, el deporte y el ocio, aunque la recuperación de sus márgenes es un trabajo continuo. Nace en el Pirineo francés y desemboca en el Ebro, siendo el afluente más importante de la cuenca y un recurso crucial para la agricultura y el suministro de agua. Entre los peces que habitan el curso se destacan nativos y exóticos: barbos, carpas, siluros, truchas y el black bass.
Entre los peces exóticos, una de las grandes preocupaciones está en torno al siluro (silurus granis). Su introducción ilegal data de los años 70 y ha afectado el ecosistema. Por esa problemática, su captura es obligatoria por ley con la obligación de sacrificio. No hacerlo o liberarlos comporta varias multas, que pueden llegar a los 120.000 euros.
Según indicaron, este pez abunda en el Segre pero no debería estar en Lleida, ya que la esclusa de Butsènit supone un obstáculo a su expansión de forma natural. Por eso, consideran probable que la presencia de siluros en la ciudad “sea fruto de liberaciones ilegales procedentes de ejemplares pescados en otros puntos”. Agentes Rurales recordaron que si se pesca, su sacrificio es obligatorio porque es una especie invasora y no hacerlo está penalizado con multas que van de los 100 a los 3.000 euros, y liberarlos sin autorización lleva a sanciones entre los 3.001 y los 120.000 euros.
A pesar de regir la disposición desde hace tiempo, todo adquirió mayor relevancia luego de una publicación del portal local Segre que señala la captura de un siluro de 2,12 m de largo y de 70 kilos de peso. Lo pescó Edgar Romera, un leridano aficionado a este deporte, el martes por la mañana justo debajo del Pont Vell. Un verdadero monstruo de río que muy poca gente sabe que también se mueve por las aguas de la canalización del Segre, que no llega al metro de profundidad, pero este joven pescador aseguró que no es el único que hay en el tramo urbano del cauce. De hecho este mismo aficionado lleva varios años atrapando este gran pez en el tramo urbano del río. En 2020 ya capturó un ejemplar de 1,35 metros de largo “y este año ya llevaré cuatro o cinco, aprovechan las zonas de algas para ocultarse pero con el anzuelo adecuado se pueden pescar”.
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