Mirtha Legrand confesó cuál es su deseo más profundo e íntimo antes de morir


A los 98 años, Mirtha Legrand sigue marcando la agenda desde su histórica mesaza. En La noche de Mirtha, la diva sorprendió con una reflexión cargada de emoción sobre el futuro del país. En medio de una charla política, interpeló al diputado Diego Santilli con una pregunta que desató un intenso debate sobre la ley laboral y la situación social de la Argentina.

El diputado no esquivó el tema y explicó con firmeza: “Es un salario por año trabajado, el mejor de los últimos diez años, dice la ley. Pero, ¿cómo pasás de eso a diez salarios más? Ahí está la industria del juicio, que lo único que ha hecho es destruir a los comerciantes y a las pymes”. Luego agregó: “El presidente planteó una modernización de la ley laboral. Hay personas que trabajan hace veinte años en una compañía y no se les puede modificar sus derechos adquiridos. Es una reforma hacia adelante”.

Legrand, con su estilo punzante, quiso ir más allá y consultó si la pobreza había disminuido. Santilli admitió: “Bajó, pero no alcanza. Para la Argentina, con los recursos naturales y el capital humano que tenemos, un 30 por ciento de pobreza es demasiado”. La respuesta dejó un silencio incómodo que la conductora aprovechó para introducir una de sus reflexiones más sinceras.

Durante el intercambio, la legendaria conductora tomó la palabra y emocionó a todos. “Yo no quiero irme de este mundo sin ver renacer a mi país. Sin ver floreciente a la Argentina. Se lo merece, es un país tan rico, con gente inteligente. Tenemos cinco Premios Nobel; no hay otro país en el mundo con eso”, expresó con la voz entrecortada, dejando a todos los comensales enmudecidos. En ese instante, el clima del estudio cambió: la política quedó en segundo plano y se impuso una mezcla de respeto y melancolía.

LA CONFESIÓN DE MIRTHA LEGRAND

Luciana Geuna, también invitada a la mesa, le preguntó con cautela si realmente creía que ese renacer era posible. La pregunta pareció tocar una fibra profunda en la diva, que se tomó un instante antes de responder. Miró a la cámara, sonrió levemente y, con ese tono que solo ella domina, dijo: “Sí, tengo esperanza. Y soy optimista”.

Así, Mirtha Legrand volvió a demostrar que no solo es una figura legendaria de la televisión argentina, sino también una voz que sigue inspirando. Su mensaje, simple pero potente, fue mucho más allá del debate político: fue un deseo de amor por su tierra y su gente.

 



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