Milei va por el liderazgo de los dirigentes conservadores de América Latina



La Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC) organizada por la Unión Conservadora Estadounidense, es más que un foro para ideólogos de ese espectro político. En los últimos años se convirtió en un punto de encuentro, de referencia, para mezclarse con dirigentes poderosos.

Por ejemplo, hace un año el presidente estadounidense, Donald Trump abrió su mansión en Mar-a-Lago, Palm Beach, Miami para la reunión anual de la CPAC, de la que participó como orador Javier Milei y donde se cruzó con el dueño de X y TESLA, Elon Musk.

La organización tiene una trayectoria extensa. Fue fundada en 1964 y se convirtió en el foro conservador más antiguo de los Estados Unidos.

En su sitio web oficial, se lee que la organización tiene como objetivos “preservar y proteger los valores de la vida, la libertad y la propiedad de todos los estadounidenses”. 

Pero esos valores se divulgaron entre figuras de la política emergente de Latinoamérica que, como Javier Milei, comprendieron que al Foro de San Pablo de orientación progresista se le debía oponer un coloquio de liberales conservadores.

Y, por allí se anotaron, el mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, el mexicano Eduardo Verástegui, y, también, la ex primera ministra británica Liz Truss; el presidente del partido español Vox, Santiago Abascal; y el líder del Partido de la Independencia del Reino Unido, Nigel Farage.

La revancha de Milei

Como saben los campeones de boxeo, un golpe bien dirigido puede cambiar el destino inexorable de una pelea. Antes de las elecciones de octubre en Argentina pocos analistas, encuestadores, e inclusive, dirigentes de centro derecha, creían posible una victoria tan contundente de La Libertad Avanza que ratificara el cambio votado por los ciudadanos argentinos.

En los días previos, muchos dirigentes que suelen seguir los debates de la derecha conservadora a nivel local e internacional, comenzaron a criticar duramente a Milei por considerarlo el padre de una futura derrota electoral y de una posibilidad de “enterrar” al kirchnerismo populista de una vez por todas.

A nivel internacional hubo mucha cizaña de parte del otrora amigo de Milei, el mexicano Eduardo Verástegui, galán de televisión, actor, productor mexicano devenido político, que comenzó a destratar al presidente argentino a través de X, calificándolo de “traidor, incompetente y mal agradecido”, entre otras lindezas a las que se sumaron otros referentes de la CPAC mexicana y regional.

Pero, como es sabido, los hermanos Milei dieron vuelta los pronósticos sombríos de una probable derrota electoral en octubre y con el resultado a favor, el presidente quiere que CPAC México, termine con la carrera política de Verástegui.

En las últimas horas trascendió en Casa Rosada que el mandatario nacional dialogó con Matt Schlapp, fundador y CEO de CPAC, para que inicie el proceso de remoción de Verástegui, de la presidencia de la filial azteca de la organización política.

Estos desencuentros entre antiguos aliados, como informó NA cuando Milei era candidato por la presidencia junto a Victoria Villarruel, firmaron una carta de compromiso con Eduardo Verástegui para combatir los casos de pedofilia en la región, obligó a suspender la cumbre de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), pautada originalmente para el 15 y 16 de noviembre en México.

Verástegui esperaba encontrarse con un Milei derrotado políticamente y se le dio vuelta la moneda de la suerte y, ahora, es el referente político de la derecha con el que todos quieren hablar.

El conflicto escaló en redes sociales y Verástegui cometió el error de invitar al comunicador conservador y liberal, Emmanuel Danann, muy crítico de la gestión mileísta, para el cierre de la cumbre.

En ese contexto, Milei se comunicó con Schlapp, uno de los dirigentes empresariales más comprometidos en el reciente salvataje financiero de la Argentina de parte de la administración Trump, para cancelar el evento y desplazara a Verástegui.

Repercusiones en la “Derecha Fest”

En la última edición de la “Derecha Fest” realizada en el auditorio de Belgrano el pasado 30 de octubre, el escritor y conferencista, Nicolás Márquez se refirió a la cuestión que sobrevoló en todo el encuentro.

No sólo se analizaron las causas del triunfo de La Libertad Avanza y los desafíos que tendrá a futuro el gobierno de Milei sino que hubo un tiempo para aquellos dirigentes y adherentes políticos de la nueva derecha que se alejaron antes de tiempo.

Para Márquez, el caso Verástegui está claro, “…. es un un político frustrado, nunca jamás pudo ser candidato a nada ni tener partido político, hace más de veinte años que lo intenta. Yo, y muchos que estamos en una misma corriente, siempre lo apoyamos, aunque con la desconfianza propia de advertir que es alguien que no tiene el menor talento ni preparación personal, es más que nada un galán de telenovelas devenido en predicador religioso, porque reza el rosario por Facebook”.

Además, confió que la rencilla con Milei proviene desde hace meses por una invitación frustrada al presidente argentino a México. 

“Él invitó a Milei a la CIPAC, pero Milei, por problemas de agenda, no pudo ir, lo invitó como la estrella principal del evento. Y desde ahí quedó resentido, porque antes, en el 2023, fue a la asunción presidencial, yo fui con él, o sea, yo estuve al lado de él en el Congreso Nacional, y en los en los tweets, en la CIPAC del 2024, o sea, hace diez meses, que se hizo en Buenos Aires, Verástegui fue invitado por Milei y agradeció al presidente. Buscaba afanosamente ponerse al lado de Javier Milei, porque Milei tenía una notoriedad en la derecha internacional, probablemente a la par de Donald Trump”, juzgó Márquez.

Verástegui “quedó envenenado de todas maneras en su fuero íntimo, evidentemente, y empezó a pegarle muy duro, pero durísimo, por las redes». 

«¿A partir de qué momento? A partir del 8 de septiembre, es decir, al día siguiente de la derrota en Buenos Aires. Aprovechó el momento justo para empezar a pegarle a quien buscó con desesperación para sacarse fotos y elogiarlo, evidentemente de una manera hipócrita y sin ningún espíritu genuino, simplemente porque le convenía a él. Y aprovechó el traspié de septiembre para salir a atacarlo con una brutalidad propia de un histérico y no de alguien mesurado. Es un caso de puro oportunismo político”, sentenció Nicolás Márquez acerca del actor.

De manera similar piensa el filósofo y divulgador de la denominada “nueva derecha”, Agustín Laje, figura principal de la reciente Derecha Fest en CABA.

Verástegui hace mucho que coquetea con el mundo político, pero intentó una sola vez, en concreto, ser candidato a presidente y no se pudo ni presentar. No consiguió las firmas, ni siquiera para poder tener un aval. Y bueno, quedó resentido con Milei porque lo falló en la última CPAC cuando Milei ya era presidente y por problemas de agenda no pudo asistir”.



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