Milei enterró la derrota bonaerense y se prepara para un Congreso menos reactivo a partir de diciembre



Faltan seis semanas para que el veredicto de las urnas de este domingo se plasme en la nueva composición del Congreso de los próximos dos años. Desde este lunes ese lapso comenzará a acortarse con mucha velocidad. Se sentirá por anticipado en la Cámara de Diputados y también en el Senado, los dos recintos donde el oficialismo contará con números directamente proporcionales a la victoria que La Libertad Avanza alcanzó en casi todo el país. El saldo le permitió al presidente Javier Milei cumplir con el objetivo de máxima que se había trazado para estas elecciones de medio término y, sobre todo, le facilitará relanzar su gestión desde este lunes y cerrar el ciclo de incertidumbre política que el propio mandatario inauguró hace un mes y medio, cuando decidió nacionalizar las elecciones desdobladas bonaerenses del 7 de septiembre. La alianza de La Libertad Avanza con el PRO perdió en esa contienda por 14 puntos frente al peronismo. La proyección federal de esa derrota marcó la previa de la elección de este domingo. Fueron seis semanas de extrema fragilidad para el Gobierno, dentro de un ciclo que concluyó esta noche, porque la debacle libertaria de septiembre en tierra bonaerense fue revertida con una victoria en el mayor distrito electoral.

“A partir del 10 de diciembre pasamos a contar con 101 diputados en vez de 37, y en el Senado pasamos de seis senadores a 20. No dudo en decirles que a partir del 10 de diciembre tendremos, sin lugar a dudas, el Congreso más reformista de la historia argentina”, celebró Milei anoche en el búnker libertario para celebrar que cumplieron con el objetivo de máxima, es decir, superar los 40 puntos que aspiraba el Gobierno antes de la elección bonaerense de principios de septiembre.

Con el 98,85% de las mesas escrutadas a nivel nacional, La Libertad Avanza alcanzó el 40,71% de los votos. El espacio de ultraderecha estuvo a un paso de sacarle diez puntos de ventaja en todo el país al peronismo, que reunió el 31,67%. El resultado refleja un notable retroceso respecto a los pronósticos de Fuerza Patria para esta elección. La esperanza era alta después de hacer conquistado una ventaja de 14 puntos en septiembre, en las desdobladas del mayor distrito electoral del país, que reúne el 37% del padrón nacional. Pero este domingo esa diferencia se esfumó y fue revertida en seis semanas. El ciclo que se cerró en provincia de Buenos Aires es el punto de fuga para la victoria libertaria a nivel nacional. Aunque se trata de un comicio nacional frente a uno provincial, en un mes y medio la alianza de libertarios y macristas consiguió el 41,45% y le sacó casi un punto de ventaja a Fuerza Patria, que llegó al 40,91%. No es una comparación menor, porque en Provincia de Buenos Aires los libertarios no sólo afrontaron la durísima derrota del 7-S, sino también el escándalo por los vínculos del diputado nacional José Luis Espert con el empresario Federico “Fred” Machado, a partir de un pago de 200.000 dólares recibido en 2020, revelado por diario PERFIL y el portal ElDiarioAr.

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Apuntes de la elección

La caída de Espert no derramó en una nueva derrota este domingo y originó, como contrapartida, otro salvataje, aportado por el PRO, el socio hasta ahora despreciado por la Casa Rosada. La mitigación la aportó Diego Santilli, que reemplazó a Espert y anoche quedó al frente de una victoria que posiciona al macrismo en otro lugar, no sólo en la provincia que hace seis años gobernó María Eugenia Vidal, sino también dentro del Congreso a partir de diciembre, con el PRO cada vez más cerca de sellar una integración con los libertarios, pero en una clave distinta, que ya no estará signada por el desdén que la Casa Rosada le viene dedicando al partido amarillo desde hace dos años.

El giro libertario de Buenos Aires es más trascendente de lo previsto para la proyección de lo que vendrá. No sólo diluyó la ventaja de arranque que tenía el peronismo desde septiembre, sino que se combinó con los resultados de los otros grandes distritos electorales, como Córdoba y Santa Fe, donde el poder de fuego del cordobesismo y del radicalismo, reunido en Provincias Unidas, no pudo conquistar la victoria que esperaban para condicionar a Milei. Pasó lo contrario.

En Córdoba, la decisión libertaria de negarse a pactar con los aliados esquivos no originó pérdidas, sino ganancias. La Libertad Avanza llegó al 42,35% de los votos, con el empresario Gonzalo Roca en la cabeza de la lista. Su alto nivel de desconocimiento no lo debilitó. Milei lo empujó todo lo que pudo y el resto lo hizo la fragmentación del cordobesismo, con una derrota doble, porque el exgobernador Juan Schiaretti llegó al 28,32% de los votos. El Gringo entrará como diputado a partir del 10 de diciembre, pero con una derrota a cuestas, como local y con un agravante: perdió 8,75% a manos de Natalia De la Sota, que se separó del peronismo cordobés para preservarse de la cercanía de sus excompañeros partidarios con el poder libertario. En esa pelea, la fragmentación del voto peronista aportó una ventaja inestimable: con Roca a la cabeza, LLA metió cinco bancas, el schiarettismo tres, De la Sota consiguió una banca, y Fuerza Patria, con el diputado kirchnerista Pablo Carro a la cabeza, alcanzó cinco puntos, pero no pudo quedarse con ningún escaño. El legislador dejará el recinto dentro de un mes y medio y será uno de los legisladores que el bloque de Unión por la Patria perderá, en la nueva composición que se avecina, con cálculos que eran impensados hace dos meses atrás.

La Libertad Avanza-Cambia Mendoza ganó las elecciones con el 53,63%

En Santa Fe, Provincias Unidas también la pasó mal y no tanto el kirchnerismo. Los libertarios alcanzaron el 40,67% y consiguieron cuatro bancas. Los siguió Fuerza Patria, que consiguió el 28,70% y sumó tres. Ambas fuerzas aventajaron al oficialismo local. La alquimia de radicales y macristas dentro de Provincias Unidas, con la vicegobernadora Gisela Scaglia a la cabeza, quedó tercera con el 18,3% y sólo podran sumar dos bancas.

Mendoza aportó el caudal que la Rosada esperaba a partir del pacto con el gobernador radical Alfredo Cornejo. LLA alcanzó el 53,6% con el ministro de Defensa Luis Petri en el primer lugar. Le permitirá quedarse con cuatro bancas. El quinto escaño en discusión quedó en manos del peronismo no kirchnerista.

La recuperación libertaria también tuvo dividendos positivos en la Ciudad de Buenos Aires. LLA + PRO consiguió el 47,32 % y obtuvo siete de las 13 bancas que se ponían en juego. La capital es uno de los ocho distritos que renuevan bancas en el Senado y la victoria le permitió a Patricia Bullrich y Agustín Monteverde quedarse con dos escaños para la mayoría.

«Crecimos en CABA»: desde el búnker del peronismo porteño buscaron maquillar la dura derrota nacional

Los datos de los principales centros urbanos explican en gran parte la composición del Congreso que se viene antes de fin de año. El otro costado se cocina en las demás provincias, donde también se extendió la ola violeta. De las 98 bancas que tiene, puso 46 en juego, pudo retener una parte, pero no consiguió lo esperado y el espacio seguirá con la misma cantidad para los dos años que vienen. Con la provincia de Buenos Aires como contexto principal, el peronismo mantiene la cantidad pero pierde la posibilidad de la primera minoría, porque LLA pasará de 37 a 82 bancas, una cifra que puede crecer con mucha fuerza, gracias al PRO, que perderá 15 escaños. Dejará de tener 35 y pasará a tener 22, pero dentro de un interbloque que, en el Gobierno, estiman que le permitirá contar con 110 voluntades, gracias a otros seis escaños radicales.

La debacle de Provincias Unidas en todos los distritos donde compitió tendrá un impacto directo en dos conglomerados. El bloque Encuentro Federal que ahora tiene 15 bancas y quedará con ocho desde diciembre y el sector del radicalismo y del cordobesismo que bancará a PU contará con siete bancas. Si se unen, mantendrán la misma cantidad, pero quedaron lejos del poder que esperaban contar para condicionar a Milei como lo venían haciendo hasta ahora. Los misioneros y rionegrinos que integran el espacio Innovación Federal sólo perdieron una banca. Tienen ocho y contarán con siete, en una composición que sigue siendo atractiva para las “mayorías reformistas” que el Gobierno quiere construir para el año que viene.

En la Cámara alta también hay nuevas perspectivas libertarias. El desembarco de Bullrich es parte un salto cualitativo para el oficialismo que ganó en seis de las ocho provincias que recambian un tercio del Senado. LLA pasó de tener seis bancas a contar con 18, el PRO pasará de siete a cinco bancas y la UCR afrontará una reducción de los 13 integrantes que tiene ahora a diez desde diciembre. La mayor derrota es para el peronismo. Sus dos bloques tienen 34 escaños y pasarán a tener 28, mientras que los espacios dialoguistas provinciales quedarán reducidos a 11 bancas.

El primer recorrido sobre los resultados que recién se están consolidando anticipan que la primera minoría de la Cámara baja le permitirá al Gobierno contar con un tercio garantizado para seguir blindando los vetos presidenciales a las leyes que consiga empujar la oposición. Con los aliados llegan a 110 y necesitaban 86 u 87 para el tercio tapón. En el Senado siguen lejos de la capacidad de ofensiva, pero dejaron al peronismo más lejos de un cuórum de 37 que ahora parece reducir la capacidad de la oposición para marcarle la agenda en el Senado, que seguirá conducido por la vicepresidenta Victoria Villarruel, pero con Bullrich como delegada de Milei pisándole los talones. Son los primeros pantallazos de la nueva “mayoría reformista” que esta noche celebró Milei y que esta semana buscará anticipar para renegociar la convivencia con el expresidente Mauricio Macri, acelerar la fusión con el PRO y ofrendar la victoria al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para agradecerle el salvataje financiero y el tejido que se viene para la segunda mitad del mandato de Milei. El Congreso que despreció durante estos dos años entrará en otra etapa, donde seguirá necesitando de acuerdos vitales para sellar las mayorías que todavía no controla por sí solo.

ML





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