Mauro Szeta revela cómo funciona la mente criminal en Argentina y qué patrones se repiten


Junto a Héctor Maugeri para +CARAS, Mauro Szeta, uno de los periodistas de policiales más respetados del país, analizó cómo piensa un criminal argentino y por qué ciertos comportamientos se repiten. Habló con claridad, experiencia y una mirada inquietante sobre las condiciones que moldean el delito. Para él, la violencia no aparece de manera aislada, sino que responde a un recorrido social y emocional que comienza muy temprano. Y advirtió que, en los últimos años, ese mundo sumó un nuevo componente: los influencers criminales.

Mauro Szeta y los patrones que comparten los delincuentes argentinos

Cuando Héctor Maugeri le preguntó si existían conductas similares entre quienes delinquen, Mauro Szeta fue categórico. “Sí, hay patrones de conducta bastante similares”, afirmó, basándose en décadas de contacto con el universo carcelario. El periodista explicó que muchos presos provienen de contextos de enorme vulnerabilidad social, económica y afectiva, donde suele faltar una figura paterna o materna presente. También señaló que el vínculo con el delito comienza muy temprano, muchas veces desde los 8 o 9 años, al ver a vecinos armados y naturalizar ese entorno.

Según el comunicador, esa exposición infantil funciona como un imán difícil de revertir. Los chicos crecen viendo que pertenecer a ciertos grupos da protección, identidad y un tipo de poder barrial. “Es muy difícil salirse de esa dinámica”, aseguró, remarcando que el delito se vuelve costumbre antes de ser elección. Para él, ese origen explica gran parte de la violencia que luego estalla en la adolescencia y la adultez.

Mauro Szeta
Mauro Szeta en +CARAS

Mauro Szeta y la “tumberización” creciente del país

Mauro Szeta introdujo a la entrevista un concepto que, según él, define el clima social actual. “Hay una tumberización cada vez más exagerada, donde da pertenencia ser parte de esos grupos territoriales”, explicó. Contó que, a diferencia de años anteriores, hoy percibe una mayor fascinación por el mundo delictivo, especialmente entre jóvenes que lo ven como una forma de validación. Esa estética de grupo se traslada a peleas, conflictos barriales e incluso homicidios, donde “tener chapa”, es decir prestigio, parece más importante que evitar el riesgo.

Para Szeta, esta cultura delictiva funciona también como una identidad que reemplaza otras ausentes. Integrarse a esos espacios ofrece reconocimiento, pertenencia y, en algunos casos, un estatus que antes no existía. Por eso considera que la problemática de seguridad es más compleja de lo que parece: no es solo delito, sino un fenómeno cultural que gana terreno. Y advierte que desarmar esa lógica requiere más que un patrullero.

Mauro Szeta
Mauro Szeta

Mauro Szeta alerta: “Hoy los delincuentes tienen miles de seguidores en TikTok e Instagram”

El periodista fue aún más lejos cuando habló del impacto de las redes sociales. “Hoy muchos delincuentes tienen un montón de seguidores en TikTok y en Instagram”, contó en +CARAS, describiendo un fenómeno tan reciente como alarmante. Relató que existen “influencers tumberos” que muestran dinero robado, autos de alta gama, armas y escenas delictivas, acumulando miles de fans. Dijo que esta exhibición transforma el delito en un espectáculo aspiracional para sectores vulnerables.

Lo más sorprendente, según Mauro Szeta, es que muchos de esos perfiles funcionan desde las propias cárceles. “Hay influencers tumberos que, en la cárcel, sacaron sus perfiles de TikTok y son seguidos por miles”, aseguró. Esto genera un doble problema: alimenta la cultura del delito y ofrece notoriedad a quienes deberían estar aislados del mundo exterior. Para él, las redes sociales no solo amplifican la violencia, sino que la legitiman ante quienes buscan identidad y reconocimiento.





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