Madera y bambú serán los materiales sustentables del futuro



En breve será posible vivir en un edificio de madera, cartón o bambú. Lo que hasta hace poco sonaba a una utopía, hoy empieza a moldear el horizonte de las ciudades más avanzadas del mundo. Nuevos materiales y tecnologías están desafiando la hegemonía del ladrillo y el hormigón, marcando un punto de inflexión en la manera en que pensamos la construcción y el habitar.

Durante décadas, la industria de la construcción mantuvo una ecuación casi inmutable: cemento, acero y ladrillo. Pero mientras nuestras ciudades siguen apostando por lo conocido, en países como Suecia, Noruega o Japón ya se levanta una nueva generación de edificios sustentables, construidos íntegramente en madera laminada, bambú o materiales reciclables de alta resistencia.

El Sara Cultural Centre en Suecia —el rascacielos de madera más alto del mundo, diseñado por White Arkitekter— es hoy un ícono del cambio. En Canadá se experimenta con cartón prensado aplicado en módulos habitacionales, y en Japón, el bambú se consolida como un recurso renovable con la misma resistencia que el acero.

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Incluso grandes corporaciones ya adoptaron esta lógica: el nuevo headquarter de Walmart en Arkansas y el campus de Google en California se construyen con MassTimber, una tecnología que combina eficiencia, sustentabilidad y belleza arquitectónica.

Cada revolución viene acompañada de resistencias. “La madera no dura” o “es un riesgo de incendio” son prejuicios que los nuevos estándares técnicos derriban con evidencia. La madera laminada de ingeniería posee certificaciones de durabilidad superiores a las de muchos materiales tradicionales, y ante el fuego responde mejor que el acero: carboniza su superficie, protege el núcleo y mantiene su capacidad estructural.

El sistema MassTimber agrupa soluciones como la madera laminada encolada (Glulam) y la madera contralaminada cruzada (CLT), que permiten levantar edificios de más de diez pisos usando exclusivamente este material. Además de reducir la huella de carbono, acortan los tiempos de obra, disminuyen el mantenimiento y mejoran la calidad final.

En términos de bienestar, la diferencia también se siente. Los espacios construidos en madera generan un confort acústico y térmico superior, aportan una calidad del aire más saludable y una calidez que el hormigón no puede replicar.

¿Por qué todavía no vemos torres de madera en Buenos Aires o Mendoza? Las barreras son más culturales y normativas que técnicas. El ladrillo sigue siendo sinónimo de solidez y permanencia. Sin embargo, la tendencia global muestra que este paradigma se agota.

“El eje de este cambio no es si va a suceder, sino cuándo”, señala Agustín Llobera. A su vez, Pablo Baldoma Jones, fundador de Koventa y referente del movimiento MassTimber en el país, aporta contexto: “En Europa, un cuarto de las construcciones en países nórdicos y Alemania ya utilizan madera de ingeniería.

En Italia representa el 7%, y en Cataluña, el 3%. Estados Unidos, Australia, Chile, Brasil y Uruguay avanzan rápido. Esa curva global muestra una oportunidad para Argentina: el MassTimber puede ser la punta de lanza de la industrialización que el sector necesita”.

El camino, coinciden los expertos, es comenzar por proyectos icónicos —hoteles, oficinas, desarrollos multifamiliares— que generen confianza y visibilidad, para luego escalar hacia la vivienda masiva. Como toda innovación, la adopción empieza por lo aspiracional antes de transformarse en estándar.

La construcción sustentable ya no es una moda: es una nueva frontera. El desafío está en conectar industria, academia y políticas públicas para impulsar una transición que el mundo ya inició.

Incorporar madera, bambú o materiales reciclados no es solo una cuestión estética o ecológica: es un cambio estructural en la forma de producir ciudad.

El arquitecto que se aferra al pasado pierde relevancia. El nuevo rol exige pensar estratégicamente, integrar datos, tecnología y sensibilidad ambiental. Lo que se viene en arquitectura no es solo una tendencia, es una transformación de época: un modo distinto de concebir el hábitat humano.

La pregunta que queda sobre la mesa es simple: ¿seguiremos construyendo como en el siglo pasado o nos animaremos a levantar ciudades que respiren futuro?

*Arquitecto, cofundador y director creativo de Experiencia DOGMA





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