Luto en el periodismo: murió un histórico relator futbolero de la radio argentina a los 68 años


«Cantame cantame Walter cantame un gol, lo único que te pido al menos hooooy». La melodía de Dale alegría a mi corazón de Fito Paez era la señal que abría domingos felices y atrapantes hace muchos años. Walter era Walter Saavedra, Walter «Gol» Saavedra, el relator que le puso su voz a tantas jornadas vibrantes y llenas de emoción de otros tiempos, de días que hoy se miran con añoranza y también con mucha tristeza: la noticia de su muerte a los 68 años llenó de congoja a todo el ambiente tanto del periodismo como del fútbol.

Walter Saavedra era de Mar del Plata y allí, por supuesto, empezó a despuntar el vicio del relato escuchando a otro grande nacido en esa urbe, una de las ciudades más lindas del mundo, Juan Carlos Morales, y a otros de Buenos Aires, porteños, que cada tanto llegaban a sus oídos cuando la radio agarraba alguna de las emisoras de la Capital. Pero Walter no los copió. No. Aprendió de ellos para forjar un estilo único, inconfundible y que enamoró a sus miles y miles de seguidores.

Eran otras épocas, pero aun sin internet sus relatos «poéticos» podría decirse que «eran virales». O como le gustaba a él, se volvieron populares, se hicieron carne en las tribunas, en los tablones, en el hincha común y corriente que en esos tiempos solía llevar «la portátil» a la cancha. Parece la prehistoria, pero no pasó hace tanto. Años 80, 90, 2000. No había Twitter ni redes sociales ni gigas, megas o teras, pero igual todo el mundo lo conocía y lo elogiaba.

Es un poco injusto definirlo así, sobre todo para alguien que hizo del talento y su enorme don de gente los grandes sostenes de su carrera profesional, pero Walter Saavedra tuvo «su cuarto de hora» o si se quiere «el pico de rating» de su paso por los medios en Radio Rivadavia, que en ese momento era líder en transmisiones deportivas y hoy ni siquiera tiene un programa que hable de fútbol. Vino después de José María Muñoz, «El relator de América», y de su coterráneo Juan Carlos Morales. Rápidamente impuso su estilo y se hizo muy querido y seguido por los hinchas. Era su mejor capital.

DOLOR POR LA MUERTE DEL RELATOR WALTER «GOL» SAAVEDRA

Pero Walter Saavedra no era solamente un relator de partidos de fútbol. Era mucho más que eso. Muchísimo más. Era un poeta, un hombre de convicciones, un bohemio, un soñador, un amante de la buena vida y del bien común y la prosperidad colectiva antes que en el crecimiento individual. Primero lo de todos y no lo mío. Algo así. Lo destacan, sobre todo, quienes trabajaron con él compartiendo cabinas, estudios, viajes, mates, charlas, cenas largas y sobremesas eternas.

«Hace semanas la venía pasando mal y hoy nos dejó» escribió alguien que lo conocía muy bien y desde hace muchos años. Suele suceder, pero no hubo una sola persona que lo recordara de mala manera. Todos los que lo despidieron lo hicieron con mucho sentimiento, con mucho dolor y con mucho cariño por sus enseñanzas, su compañía, sus relatos, su forma de ser, su amabilidad y su generosidad. Walter «Gol» Saavedra, inolvidable hoy y siempre.

 



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