Los creadores de ‘South Park’ volvieron al humor político inspirados por Trump 2025



Luego de la primera asunción de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2017, los creadores de South Park, Trey Parker y Matt Stone, tomaron la decisión de soslayar la coyuntura política norteamericana. Eso suscitó un cambio de rumbo en la famosa serie de animación para adultos que cambió ese arte corriendo las barreras éticas del humor. Hasta aquel entonces, la actualidad había sido un insumo para las tramas. Entre el sarcasmo, la irreverencia y un profundo sentido de la ironía, la realidad política estadounidense e internacional ingresaba en cada chiste como una locomotora paródica que se permitía la grosería y el cinismo.

“Es complicado porque ahora la sátira se convirtió en realidad”, había dicho aquel año Trey Parker, co-creador de South Park. “Es muy difícil hacer chistes. En la última temporada de South Park, que terminó hace un mes y medio, realmente tratamos de hacer humor con lo que estaba pasando pero no lo logramos. Lo que pasaba en la vida real era más divertido que cualquier cosa que hiciésemos”.

Al ataque. Esa política, que se mantuvo durante varios años, cambió en la última temporada, la vigesimoséptima de South Park. En una entrevista publicada por The New York Times, se les preguntó a los creadores Trey Parker y Matt Stone acerca de esa nueva edición, que trajo aparejados índices de audiencia inéditos para la serie. “No es que nos hayamos vuelto políticos, es que la política se convirtió en algo muy popular”, sintetizó Parker.

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Por su lado, Stone comentó que el gobierno de Trump empezó a percibirse como tabú, con todo el entramado de censuras y fuegos cruzados entre el presidente con los medios, o con, por ejemplo, Jimmy Kimmel Live!, o con el late night de Stephen Colbert. “Trey y yo nos sentimos atraídos por eso como moscas a la miel”, agregó Stone. “¿Así que es ahí donde está el tabú? Entonces vayamos por ahí; solo teníamos que mostrar nuestra independencia de alguna manera”. Y Parker amplió con algo de ironía: “Somos tipos muy moderados. Nos burlamos de extremistas de cualquier tipo. Así lo hicimos durante años con el mundo woke. Eso nos parecía hilarante como también este presente”.

Crítica obvia. Lo cierto es que desde el primer capítulo de la última temporada de South Park, el Trump de esta segunda presidencia se volvió un objeto a quien sus aberraciones se le caricaturizan para generar humor estilo South Park.

La secuencia que molestó particularmente a Trump es una en la que se lo ve sostener un romance con Satanás, personaje recurrente en la serie animada. En ese romance, se deja claro que Trump tiene un pene muy chico. Desde el gobierno norteamericano les pidieron a los creadores de la serie que blurearan (desenfoquen) todas las partes explícitas. Ante la negativa, el vocero Taylor Rogers salió al cruce con un mensaje que sigue la línea de lo que dijo Trump cuando pidió que censuraran el programa de Jimmy Kimmel: decir que no tenían audiencia y que habían perdido.

“South Park lleva más de veinte años sin ser relevante y se sostiene de un hilo con ideas poco inspiradas en un intento desesperado por llamar la atención”, dijo Taylor Rogers. “El presidente Trump ha cumplido más promesas de campaña en tan solo seis meses que cualquier otro presidente en la historia de Estados Unidos, y ningún programa de cuarta categoría puede frenar su racha ganadora”. Y como si esto no alcanzara, Rogers se refirió también a la recepción de South Park por parte de la izquierda a lo largo del tiempo. “La hipocresía de la izquierda no tiene fin. Durante años han criticado a South Park por lo que calificaron de contenido ofensivo, pero de repente están elogiándola (…) Al igual que los creadores de South Park, la izquierda carece de contenido auténtico u original, por lo que su popularidad sigue en mínimos históricos”.

Impasse. Dicha polémica estalló justo cuando South Park había firmado un contrato de cinco años por US$ 1.500 millones con Paramount. En paralelo, esa compañía buscaba la aprobación de la autoridad gubernamental para fusionarse con Skydance Media. La posición de los creadores de South Park siempre fue clara: si un chiste ofende, el próximo ofenderá más o menos, pero sucederá. Una especie de máxima libertad de expresión sin ataduras ni obediencias que los llevó a tomar un camino propio lo suficientemente intransigente como para no tener que dar explicaciones.

Cuando el ascenso político de Trump era algo más que una fantasía, South Park reemplazó en los debates presidenciales a Trump por el personaje Señor Garrison. Pasado el tiempo, a tanta “comedia” del poder llegó la hora de parodiarla.





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