La verdad desconocida del odio de Soledad Aquino contra Paula Robles: «No es digna de…»


Aunque pasaron más de tres décadas desde que Marcelo Tinelli y Soledad Aquino formaron una de las parejas más queridas de la televisión, el pasado vuelve… En medio del escándalo por el enfrentamiento entre sus hijas, Juana y Candelaria Tinelli, resurgió el conflicto histórico entre Soledad Aquino y Paula Robles, la segunda esposa del conductor.

Todo comenzó con un mensaje explosivo de Soledad en redes sociales por las amenazas que denunció Juanita, lo que logró dividir al clan Tinelli: “No pidan explicaciones con este tema de Juana, que no es nada mío… No tengo la más mínima idea… la mamá no es digna de mi afecto y cariño…”.

Detrás de esa frase contundente hay una historia que se remonta a fines de los 80, cuando Tinelli recién daba sus primeros pasos en televisión. Soledad lo conoció en Badía y Compañía y quedó impactada: “No me olvido más. Yo no lo conocía para nada… pensé ‘ahí está el que me gusta, pero este chico debe ser de la farándula’. Y yo no quería saber nada con esa gente”, contó en su momento.

Tras un noviazgo intenso, se casaron y formaron una familia. En 1988 nació Micaela y en 1990, Candelaria. Pero a comienzos de los 90, durante el auge de Ritmo de la Noche, apareció Paula Robles. Según Aquino, ese fue el principio del fin: “Me dolió muchísimo. Sentí la puñalada en el pecho. Ella llegó a la vida de Marcelo cuando todavía estábamos juntos”.

Robles, bailarina del programa, no era una desconocida para Soledad. “Yo a ella la veía todo el día, charlábamos, le convidaba cigarrillos”, recordó años más tarde. El divorcio llegó en 1993 y Tinelli blanqueó rápidamente su romance con Paula, con quien se casó en 1997.

El golpe fue tan fuerte que Aquino lo revivió en más de una entrevista: “Marcelo me agarró un día y me dijo que no me amaba más. Y tenía todo el derecho de estar con alguien que veía todo el tiempo, porque la veía más que a mí. No pudo mentir porque fue muy inmediato”.

Años más tarde, Aquino reconoció: “Fui una guacha con ella, no la dejaba entrar al cumpleaños de las chicas». Pero el tiempo no curó del todo. En una entrevista con Clarín, Soledad fue tajante: “Ella no es su mamá. Yo siempre uso un refrán que dice: el lugar de una empieza donde termina el del otro. Eso está mal porque es una mentira.”

Incluso en 2024, cuando una seguidora comentó en Instagram “Perdón, pero odié a Paula en su momento”, Soledad reaccionó con corazones y aplausos. El conflicto resurgió hace unas semanas, cuando Aquino volvió a apuntar contra Robles: “La mamá de Juana no es digna de mi afecto y cariño. Perdonar es divino, y yo soy católica, pero una cosa es perdonar y otra es querer.”

Y cuando le preguntaron si Paula había “destrozado su familia”, fue contundente: “Es fuerte lo que decís, pero sí.” Mientras tanto, Paula Robles optó por el silencio, publicando apenas una frase enigmática de Jodorowsky: “Huye del egoísta. Cuando la mente tiene hambre de ser única, se come a cualquiera.”

Marcelo, por su parte, intentó calmar las aguas, aunque igualmente le pareció necesario meterse en la pelea actual entre sus ex por todo el contexto de amenazas e inseguridad de sus propias hijas: “Si a alguno he lastimado con mis actos, les pido disculpas. Amo a mis 5 hijos… Me duele fallar como papá.”

Treinta años después, el triángulo Aquino–Tinelli–Robles vuelve a encender los titulares. Porque hay heridas que ni el tiempo, ni la fama, ni los likes pueden borrar, pero las heridas parecen seguir ahí, latentes. Soledad y Paula hoy viven caminos distintos, pero cada tanto una declaración o un gesto alcanza para que todo vuelva a estallar.

 



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