La única certeza de Boca: cuando necesitó ganar, perdió



Este año, cada vez que Boca tuvo que jugar un partido decisivo, perdió. Perdió contra Independiente, que lo eliminó del campeonato anterior. Perdió contra River. Quedó afuera de local en la serie de la clasificación a la Copa Libertadores contra Alianza Lima. Perdió contra Atlético Tucumán, chau Copa Argentina. Cada vez que Boca tuvo que dar la talla, no pudo. Contrató a Gago, echó a Gago. Contrató a Russo enfermo, y luego, lamentablemente, murió. Ahora dirige Úbeda, del que no conocemos su experiencia. También dirigió Herrón unos partidos. Siempre igual. O, mejor dicho, no. Peor que con Gago es difícil jugar. Pero con los demás la cosa no fue significativamente diferente. En todo caso, la diferencia es que ahora Boca tiene un crack -Paredes- con todas sus grandes virtudes, y su gran defecto: pega mucho (en este mismo espacio, esto mismo ya fue dicho hace un tiempo sobre su desempeño en la selección): en 11 partidos jugados ya tiene 4 amarillas. Está a una de que lo suspendan un partido, cuando falta poco para el match contra River. Va a jugar condicionado la o las próximas fechas. Pero fuera de Paredes, Boca es más de lo mismo. Un equipo que no se sabe bien a qué juega, que a veces la emboca (como contra el horrible Newell’s), pero que no da ninguna sensación de seguridad. O a la inversa: hasta ahora la única seguridad que dio es que cuando necesitó ganar, perdió.

Y ahora, el lunes, juega un partido clave contra Barracas Central, de visitante. Que un partido contra Barracas Central se haya vuelto clave, casi una final, dice mucho sobre lo mal que le va a Boca. Si pierde, queda muy comprometido para entrar al octogonal, y también para clasificar a la Copa Libertadores por la tabla anual. Si gana, en cambio, se acomoda, en un campeonato donde están todos pegaditos, bien juntitos en la mediocridad ambiente.

Obviamente la mediocridad alcanza a River. Hay algo que es obvio y público: si el técnico no fuese Gallardo, ya se estaría hablando de su reemplazo (o ya lo hubieran reemplazado). A diferencia de Boca, que tiene todo un ejército de medios y periodistas cargando, día a día, contra Riquelme, sobre River no se habla demasiado. Al contrario: cuando gana dos partidos seguidos, ya empiezan los elogios. ¿Se imaginan si lo que dijo Britos sobre Gallardo lo hubiera dicho Riquelme, el escándalo que se hubiera armado? Recordemos qué dijo Britos: “Claramente la gente no está conforme con el presente futbolístico y claramente Marcelo Gallardo es el principal responsable del presente futbolístico (…) Nadie está pensando, ni siquiera en la oposición, en un cambio de director técnico. Ahora, después la decisión de seguir o no, naturalmente Marcelo Gallardo tendrá que decidir como lo ha hecho siempre que le vence un contrato”. ¡Guau! Son tan impresionantes esas declaraciones como el silencio de la mayoría de medios golpistas (de Riquelme) que no armaron notas del tipo “Escándalo en River” o cosas por el estilo. No obstante, el año de River viene siendo malo, pero menos malo que el de Boca, más allá de que el plantel de River, por lejos, es el mejor del fútbol argentino. River debería salir campeón caminando en el torneo argentino, y haber llegado más lejos en la Libertadores.

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