La princesa de Gales prohibió los teléfonos en su casa y alertó sobre una «epidemia de desconexión»
En un mundo saturado de pantallas que prometen conexión instantánea, la Princesa de Gales, Catalina, ha emitido un poderoso llamado a la acción: la tecnología, lejos de unirnos, está alimentando una «epidemia de desconexión» que fragmenta las relaciones humanas, con un impacto devastador en la infancia temprana.
En su ensayo “The Power of Human Connection in a Distracted World”, coescrito con el profesor Robert Waldinger, director del Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard y publicado el 9 de octubre de 2025 en el Royal Foundation Centre for Early Childhood, la royal subraya la necesidad urgente de priorizar interacciones cara a cara. Este texto, parte de su campaña Shaping Us, combina ciencia, experiencia personal y un mensaje claro: “No hay nada más importante que las relaciones que formamos con los demás”.
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El ensayo arranca con una verdad respaldada por el estudio de Harvard, iniciado en 1938 y el más extenso sobre desarrollo humano: “La calidad de nuestras relaciones importa más que casi cualquier otra cosa para nuestro bienestar”. Este seguimiento de miles de personas desde la adolescencia hasta la vejez revela que los vínculos afectivos sólidos son el mejor predictor de una vida feliz y saludable, superando al dinero o el estatus.
“Las relaciones cálidas y de apoyo regulan nuestro estrés, nos protegen contra enfermedades y tienen impactos que resuenan a través de generaciones”, escriben Catalina y Waldinger, destacando cómo estas conexiones moldean desde la salud mental hasta la longevidad.
Como madre de tres hijos —el Príncipe Jorge, de 12; la Princesa Carlota, de 10, y el Príncipe Luis, de 7—, Catalina personaliza su mensaje al centrarse en los primeros cinco años de vida, cuando el cerebro forma un millón de conexiones neuronales por segundo. “Si pudieras invertir en una sola cosa que ayude a ti y a tu familia a prosperar, invierte en las relaciones que tienes con los demás”, afirma, enfatizando que un entorno de “amor, seguridad y dignidad” equipa a los niños para formar relaciones estables y comunidades resilientes.
Sin embargo, advierte: “Estamos criando a una generación que puede ser más ‘conectada’ que cualquier otra en la historia, pero al mismo tiempo más aislada, más solitaria y menos equipada para formar relaciones cálidas y significativas que la investigación nos dice que son la base de una vida saludable”.
La “epidemia de desconexión” que describe no es una hipótesis, sino un fenómeno respaldado por tendencias sociales. “En las últimas siete décadas, hemos visto una disminución en las cenas familiares, las reuniones sociales y el tiempo dedicado a conversaciones profundas, mientras que la soledad ha aumentado”, lamenta el ensayo, citando que los jóvenes británicos de 16 a 24 años son la generación más solitaria, según datos nacionales.
La BBC señala que las familias luchan por mantener la atención plena: “Cuando revisamos nuestros teléfonos durante las conversaciones, navegamos por redes sociales en las cenas familiares o respondemos correos mientras jugamos con nuestros hijos, no solo estamos distraídos; estamos retirando la forma básica de amor que requiere la conexión humana”. The Independent agrega que los dispositivos “han disrupido la vida familiar”, convirtiéndose en “fuentes de distracción constante”.
Catalina no niega los beneficios de la tecnología, como mantener lazos durante la pandemia, pero enfatiza su costo: “La tecnología a menudo nos roba el regalo más valioso que podemos dar: nuestra atención sin distracción”. Y agrega: “Mirar a las personas que amas a los ojos y estar completamente presente es donde comienza el amor”.
Este fenómeno, conocido como “technoference”, interrumpe las interacciones humanas, especialmente en la crianza. En su visita a un centro de atención temprana en Oxford el mismo día de la publicación, la Princesa promovió herramientas para contrarrestarlo, como las animaciones de Shaping Us que enseñan a padres cómo las interacciones cotidianas forjan cerebros emocionalmente sanos.
El contexto global refuerza su mensaje. Un estudio de Pew Research Center (2020) indica que el 45% de los estadounidenses en relaciones románticas enfrentan conflictos por el uso de celulares. La Utah State University (2019) reporta que el 60% de los padres ven los dispositivos como barreras en el tiempo con sus hijos, proponiendo iniciativas como “K-TOOB” (sin tecnología en camas) y “K-TOOT” (sin tecnología en mesas).
En una entrevista con el actor canadiense Eugene Levy, el príncipe Guillermo confirmó que sus hijos no tienen smartphones, reflejando una postura familiar contra la exposición digital prematura.
La labor de Catalina en la infancia temprana es de largo aliento. Desde 2021, con el Royal Foundation Centre for Early Childhood, ha impulsado proyectos como “5 Big Questions on the Under 5s”, que mostró que el 80% de los británicos ve los primeros años como clave para el bienestar.
En agosto de 2025, lanzó siete cortos animados que ilustran cómo responder a las emociones de un bebé fortalece su desarrollo. “Estos momentos de conexión importan más que nunca en un mundo que cambia rápidamente”, escribe. La prensa británica elogió estos recursos por combatir la “toxicidad” de la dependencia digital.
Waldinger, cuya TED Talk sobre el estudio de Harvard es ampliamente vista, refuerza que las relaciones activan vías biológicas contra el estrés crónico, un factor en depresión y enfermedades cardíacas. Pero el ensayo advierte: “Si no actuamos, los niños de hoy podrían crecer en un ciclo de aislamiento, amplificado por redes sociales que priorizan la comparación sobre la empatía”. Un estudio de “Computers in Human Behavior” (2018) confirma que la “technoference” reduce la calidad relacional.
Catalina cierra con esperanza: “Enseñar a los niños a entender su mundo interior y exterior los prepara para una vida de relaciones más saludables y plenas. Hagamos de la conexión humana nuestra prioridad, porque es la inversión más importante que podemos hacer”. Con propuestas como proteger las cenas familiares y recursos como Shaping Us, su mensaje es claro: en un mundo digital, lo humano debe prevalecer.