La pesca oculta de la costa bonaerense: secretos del sargo
Hay especies que no necesitan grandes portes para dejar una marca imborrable en el pescador. El sargo es una de ellas. Quienes ya lo han enfrentado en los pedregales del litoral bonaerense saben que, pese a su tamaño moderado, ofrece batallas intensas, breves y memorables. Una pesca distinta, exigente y técnica, perfecta para esos días en los que el mar no permite ir por la variada tradicional.
Uno de los primeros en inaugurar la temporada este año fue el popular Ruso Uzidinger, referente indiscutido de Tres Arroyos y un enamorado de todas las modalidades, desde agua dulce hasta mar abierto. Tras sorprender con las primeras lisas en el Quequén Salado, ahora volvió a la carga con los sargos en los famosos pedregales cercanos a Claromecó, un ambiente que conoce al detalle.

Una pesca de temporada y territorio
El sargo se deja tentar desde noviembre hasta mediados de abril en distintos sectores rocosos de nuestro litoral. En esos ambientes, donde abunda el mejillón y los pequeños crustáceos, la especie encuentra refugio y alimento. Son escenarios exigentes, donde cada lance puede terminar con un pique explosivo… o con la línea perdida entre las piedras. Por ese motivo, esta modalidad exige equipos preparados para la guerra. Es un combate corto, pero intenso, con reels cargados con nylon de 0,45 a 0,50 mm, sin chicote, una madre de la línea de 0,60 mm, con uno o dos anzuelos y un fusible para el plomo confeccionado con nylon más fino, para poder cortar sin perder la línea completa. Las bajadas cortas, armadas incluso con un simple nudo lazo en nylon 0,30–0,35 mm y anzuelos Nº 3 al 5, preferentemente blandos para poder enderezarlos en caso de enganche.
La carnada infalible es el camarón con cáscara, sin cola ni cabeza. Atarlo o no depende del ritmo de actividad: si el pique está cerca y constante, conviene pescar rápido y sin hilo elástico. En ocasiones, se utiliza una boyita al comienzo de la línea. El plomo puede variar entre 80 y 150 gramos; en esta pesca, todo vale… porque todo se pierde.

Cuándo y dónde buscarlo
El mejor momento es la marea mínima, cuando el mar baja lo suficiente para dejar a la vista la estructura de piedra y permitir elegir el punto exacto. En creciente también da resultados, pero hay que extremar el cuidado para no quedar rodeado cuando el agua sube.
Entre los pesqueros más rendidores de la región se destacan: La zona de los saltos en Claromecó, clásica y productiva zona que ya entrega buenas capturas como muestran las imágenes de Uzidinger. La meseta del Caracolero, ideal para equipos más livianos y pesca a muy poca distancia. También, Costa Bonita hacia Arenas Verdes, en Necochea, dispone de varios accesos cómodos y el plus de poder recorrer la línea costera en vehículo. Otra linda alternativa es Miramar, otro destino que cada temporada pica en punta. En todos los casos, la premisa es la misma: observar, elegir bien la grieta o canaleta entre piedras y estar listo para un pique inmediato.
El aporte del especialista
Uzidinger, además de su experiencia en la pesca del sargo, es un referente en el uso y selección de carnadas. Comercializa camarón y otras opciones de primera calidad, un factor clave en tiempos donde la frescura del cebo marca la diferencia entre el éxito y un día sin piques.

Una pesca fina, apasionante y adictiva
No es una modalidad para cualquiera. Exige movilidad, lectura del fondo, tolerancia a los enganches constantes y equipos preparados para resistir. Pero quienes la prueban, difícilmente la abandonan. La relación peso–potencia del sargo, su ataque violento y la pelea intensa en los primeros metros hacen que cada ejemplar valga la pena. Una excelente alternativa cuando la variada no acompaña, o simplemente cuando buscamos un desafío diferente, técnico y corto de distancia. Pruébelo alguna vez. Después, nos cuenta.
Servicios:
- Ruso Uzidinger. Tel.: (02983) 614734. Carnadas frescas todo el año.
