La OTAN en alerta: así se prepara Alemania para una posible Tercera Guerra Mundial
Mientras las maniobras militares «Zapad 2025» de Rusia y Bielorrusia sacuden las fronteras de la OTAN en Polonia, Lituania y Letonia, Alemania emerge como el eje de una Europa que se prepara para lo impensable: un conflicto directo con Moscú que podría desatar una Tercera Guerra Mundial.
El canciller alemán, Friedrich Merz, advirtió a principios de agosto que el «plan imperialista» del presidente ruso, Vladimir Putin, no terminaría con la conquista de Ucrania, sino que sería solo el comienzo. Merz dijo que se están «experimentando ataques rusos híbridos a diario y con una intensidad cada vez mayor, incluso contra nuestra infraestructura» y señaló las «provocaciones de Moscú en los mares del Norte y Báltico».
El general Carsten Breuer, jefe de la Defensa alemana, advirtió que Rusia podría atacar un miembro de la OTAN en los próximos cuatro años, con los países bálticos como blancos prioritarios para 2029 o antes.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
«Rusia produce 1.500 tanques de batalla al año y cuatro millones de proyectiles de artillería; no todo va a Ucrania, sino a reservas para un frente occidental», declaró Breuer en una entrevista con la BBC, subrayando que la alianza debe estar lista para «luchar esta noche».
El rearme alemán: de la retórica a la acción concreta
Alemania, el mayor contribuyente económico de la OTAN, ha dejado atrás su histórica reticencia militar. En marzo de 2025, el gobierno de coalición liderado por el canciller Friedrich Merz anunció un fondo especial de 650.000 millones de euros para defensa en los próximos cinco años, más del doble del gasto actual, con el objetivo de alcanzar y superar el 2% del PIB acordado en la cumbre de la OTAN en La Haya.
El ejército, la Bundeswehr, que cuenta con apenas 62.000 soldados activos, debe duplicarse a 100.000 para cumplir con los nuevos objetivos de la alianza, según el comandante del ejército, quien aboga por reclutamiento masivo y entrenamiento intensivo.
Uno de los planes más ambiciosos es el «Operationsplan Deutschland», un documento confidencial que posiciona al país como «Host Nation» para tropas aliadas en ruta hacia el este en caso de invasión rusa.
En Baja Sajonia, por ejemplo, se preparan infraestructuras para un despliegue masivo, incluyendo aeropuertos y carreteras para transportar divisiones enteras. Paralelamente, la Bundeswehr ha elaborado un plan secreto de 1.000 páginas para defenderse de un ataque ruso, detallando escenarios desde incursiones híbridas hasta invasiones a gran escala en el Báltico.
Sin embargo, críticos como el semanario Die Zeit señalan que el exceso de secretismo impide su implementación efectiva: «Nadie lo conoce, ni siquiera los responsables clave», lo que genera fricciones internas.
En el ámbito médico y logístico, las preparaciones son igualmente drásticas. El cirujano general Ralf Hoffmann reveló que las fuerzas armadas planean tratar hasta 1.000 heridos por día en un conflicto a gran escala, inspirados en las lecciones de Ucrania donde las heridas por drones y municiones merodeadoras predominan sobre las balísticas tradicionales.
Esto requeriría 15.000 camas hospitalarias, principalmente en clínicas civiles, y la expansión del servicio médico militar de 15.000 a decenas de miles de efectivos. «La evacuación será un desafío por los drones; necesitamos trenes hospital y buses adaptados», explicó Hoffmann a Reuters, destacando la necesidad de estabilización prolongada en el frente.
Además, se introduce un servicio militar voluntario de seis meses para duplicar los reservistas de 100.000 a 200.000, atrayendo a jóvenes con incentivos educativos.
La protección civil no se queda atrás. El Katastrophenschutz alemán se blinda para un «militar Schlag», con simulacros para ciberataques y sabotajes rusos, como los recientes sobre cables submarinos en el Báltico. En mayo, Alemania desplegó una nueva brigada en el flanco este de la OTAN, fortaleciendo las defensas bálticas junto a Finlandia y Suecia, recién incorporadas.
¿Triunfaría la OTAN sobre Rusia en una hipotética Tercera Guerra Mundial?
El Servicio Federal de Inteligencia (BND) y la Bundeswehr coinciden en que Rusia crea condiciones para una «guerra convencional a gran escala» para finales de la década, con un gasto militar proyectado en 120.000 millones de euros en 2025 y reclutamiento de 1,5 millones de soldados adicionales para 2026.
Diplomacia y disuasión económica, los esfuerzos de Alemania para evitar una guerra
A pesar del alarmismo, Alemania no renuncia a la vía pacífica. El canciller Merz ha declarado «agotada» la diplomacia con Rusia tras el mayor ataque aéreo sobre Ucrania desde 2022, pero insiste en que los aliados deben asegurar que Moscú «no pueda sostener económicamente la guerra».
Berlín lidera sanciones europeas y ha prometido cinco sistemas Patriot para la defensa aérea ucraniana, sin «límites en el alcance» de las armas suministradas, en una conferencia conjunta con Volodímir Zelenski en mayo.
Además, Alemania se compromete a garantías de seguridad postbélica para Kiev, junto a 26 aliados europeos, para disuadir futuras agresiones rusas.
Merz rechazó invitar a Rusia y Bielorrusa a las conmemoraciones del fin de la Segunda Guerra Mundial en abril, argumentando que Moscú explotaría el evento para propaganda. No obstante, expertos como los del Carnegie Endowment advierten que Berlín debe equilibrar su nuevo rol en Ucrania con una política hacia Rusia que evite la escalada, identificando el conflicto como «lente organizador» para futuras relaciones.
El Kremlin, por su parte, minimiza las sanciones: «Nunca nos obligarán a cambiar de rumbo», afirmó un portavoz tras las últimas medidas de EE.UU. y la UE.
Qué están haciendo las naciones de la OTAN
La alarma no es sólo alemana. Polonia, con el tercer ejército más grande de la OTAN (216.000 efectivos), ve un auge en el entrenamiento voluntario: más de 20.000 polacos se inscribieron en los primeros siete meses de 2025, duplicando cifras de 2022, impulsados por el derribo de drones rusos en su espacio aéreo –el primer caso de un miembro de la OTAN disparando en la guerra de Ucrania–.
El primer ministro Donald Tusk eleva el gasto a 4,7% del PIB, el más alto de la alianza, fortificando fronteras con Bielorrússia y Kaliningrado, y reubicando unidades hacia el este para mejorar movilidad y logística.
Refugios para tiempos oscuros: los países más seguros ante una posible Tercera Guerra Mundial
Los estados bálticos –Lituania, Letonia y Estonia– presionan a EE.UU. para preservar la ayuda de seguridad ante recortes presupuestarios en el Pentágono, temiendo ser el primer objetivo ruso bajo pretexto de «proteger rusos étnicos».
La OTAN planea su mayor maniobra desde el fin de la Guerra Fría, con 90.000 soldados en febrero de 2026, enfocada en el flanco este. Líderes como el secretario general Mark Rutte llaman a hacer la alianza «unangreifbar» entre 2030 y 2035, bajo presión estadounidense.
En respuesta a sabotajes híbridos rusos –ciberataques a transportes europeos y drones sobre infraestructuras–, los dos principales líderes de la OTAN anunciaron en septiembre una campaña militar para contrarrestar la desestabilizació
El Financial Times describe cómo Europa fortifica su frontera oriental ante el «titubeo» de EE.UU. en la seguridad transatlántica.
Expertos del Atlantic Council, como aquellos en su blog UkraineAlert, critican la «falta de preparación» de la OTAN: Rusia produce miles de drones mensuales y misiles evasivos, mientras la alianza trata los drones como «novelty tácticos» en lugar de armas decisivas.
Recomiendan actualizar doctrinas militares, aumentar producción de drones y misiles, y aprender de innovaciones ucranianas para cerrar la brecha. El RAND Corporation elogia a Alemania por «dar un paso adelante en Ucrania» y sugiere que lidere en expertise sobre Rusia y OTAN, nombrando secretarios de Estado con perfiles especializados.
Alemania, antaño reacia al militarismo, se transforma en el motor de una OTAN revitalizada, pero el camino es incierto. Mientras Zapad 2025 simula un «ataque a Occidente» cerca de fronteras aliadas, Berlín equilibra el hierro con la diplomacia, apostando por una disuasión creíble que evite el abismo. Como advierte Breuer, la amenaza rusa es la más grave en 40 años; la pregunta es si la preparación colectiva bastará para prevenirla.
ds / LT