La Mona Jiménez y Mario Pergolini sacaron viejos trapitos al sol
En una noche cargada de recuerdos, humor y reconciliación, Carlos “La Mona” Jiménez y Mario Pergolini protagonizaron un encuentro televisivo que dejó al descubierto una historia de desencuentros, prejuicios musicales y, finalmente, complicidad.
El legendario cantante de cuarteto fue el invitado especial en Otro Día Perdido, el late night show que Mario Pergolini conduce por El Trece, y juntos repasaron sus primeros cruces, marcados por la distancia y las diferencias de estilo.
La charla comenzó con una confesión inesperada del conductor. “Te voy a ser sincero. Él es una persona educada y no lo dice, pero… Yo era más rockero. Tenía 20 años, era un joven insoportable. Y La Mona decía, ‘¿por qué este tarado no me saluda?’”, relató Pergolini entre risas, reconociendo que en sus comienzos en la radiofonía porteña no tenía simpatía por el cuarteto ni por su máximo exponente.
La Mona, lejos de molestarse, aprovechó el momento para recordar con humor aquel primer encuentro en Buenos Aires, cuando tocó en el Microestadio de Atlanta, un espacio que en los años 80 recibía a artistas como Marilina Ross y Piero. “Ahí fue cuando nos conocimos, digamos, la época que nos conocimos”, rememoró el cantante, con la picardía que lo caracteriza.
El momento más comentado de la entrevista llegó cuando Jiménez le lanzó a Pergolini una frase que se volvió viral: “Vos odiabas el cuarteto”. El conductor intentó defenderse: “No lo odiaba”, pero La Mona insistió: “Sí, porque no me dabas bola cuando iba a la Rock & Pop”.
El público estalló en aplausos, celebrando la espontaneidad del cordobés y la sinceridad del intercambio. Pergolini, que durante años fue una figura central del rock argentino y la radio alternativa, admitió que el cuarteto no era parte de su universo musical.
Preferencias
“No me gustaba”, dijo, reconociendo que sus preferencias lo alejaban de géneros populares como el cuarteto. Sin embargo, el paso del tiempo y la evolución de ambos artistas los llevó a encontrarse desde otro lugar, más maduro y abierto.
Durante la entrevista, Jiménez repasó algunos de los hitos de su carrera que marcaron su desembarco en la capital. “Hace 25 años toqué en la cancha de River. Después, fui el primer cuartetero que tocó en el Luna Park”, relató con orgullo. Su presencia en escenarios emblemáticos de Buenos Aires fue una señal de que el cuarteto había dejado de ser un fenómeno exclusivamente cordobés para convertirse en un movimiento nacional.
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