Durante años, Araceli González y Adrián Suar protagonizaron una historia de amor de novela que sellaron en 1997 con una boda llena de famosos, flashes y cámaras. Hoy, con el diario del lunes, se sabe que ahí mismo, en ese día soñado en el que «dieron el sí», ya estaban pasando cosas raras que Araceli sospechaba: una infidelidad. 

Un engaño, uno de muchos, quizás, de parte de Suar, que vivía en esos años un momento de auge total. Joven, fachero, canchero, poderoso y pope de la televisión con su productora Pol-Ka, Adrián era “terrible”. Así lo definió Marcela Tauro en Infama (América), luego del impactante llanto de Araceli en la “mesaza” de Mirtha Legrand. 

Ara se quebró ante las cámaras y sus lágrimas llamaron la atención: es que pasaron muchos años de su separación y hace tiempo que ella está felizmente casada con Fabián Mazzei. “Ella a mí me llegó a contar, y también lo hizo en Intrusos, que el tema es económico. Pero también, para mí, dado que lloró, algo emocional hay todavía”, lanzó la Tauro.

Lo cierto es que a la conductora siempre hubo algo que no le cerró en esa pareja. “Siempre fue rara la situación, yo cubrí el casamiento de ellos y fue rarísimo”, dijo, antes de destapar un dato hasta ahora desconocido: un viejo cuerno de Suar con una famosa actriz. “Había una invitada… que sé que todos comentaban que estaba con él”. 

LA INFIDELIDAD DE ADRIÁN SUAR A ARACELI GONZÁLEZ 

Marcela dejó en claro que en el medio eso es algo que se sabe “pero nos hacemos los boludos todos”.¿Y quién era esa mujer? “Es una actriz seria que ahora está casada con otro. Del estilo de Araceli”, señaló Tauro, sin revelar su nombre, antes de recordar que Adrián y Araceli antes de casarse habían tenido peleas y separaciones. 

“Ella le revisaba todo, Suar era bravísimo”, aseguró la conductora de Infama. A pesar de todo, insistió en lo sorpresiva que le resultó la reacción de Araceli en el programa de Chiquita. “La verdad que cuando Araceli se puso a llorar, me llamó la atención; pueden ser muchas cosas, bronca, porque se separaron mal”. Y concluyó: “Ella no termina de hablar por el hijo”.