La drástica que tomó Diane Keaton con su vida meses antes de su trágica muerte
El mundo del cine se viste de luto. Diane Keaton, una de las actrices más queridas y admiradas de Hollywood, murió este sábado a los 79 años. La noticia golpeó con fuerza tanto a la industria como a sus fanáticos, que aún intentan asimilar la partida de una artista que dejó una huella imborrable en la pantalla y en la vida de quienes la rodearon.
Según reveló una fuente cercana a People, el estado de salud de Diane se había deteriorado en los últimos meses, aunque nadie imaginaba un desenlace tan cercano. “Su declive fue muy repentino, lo cual fue desgarrador para todos los que la amábamos. Fue tan inesperado, especialmente para alguien con tanta fuerza y espíritu”, confesó el informante.
En este punto, la persona agregó un dato que explica parte del hermetismo que rodeó a Keaton durante sus últimas semanas: “En sus últimos meses, estuvo rodeada únicamente por su familia más cercana, que optó por mantener la intimidad. Ni siquiera sus amigos de toda la vida estaban completamente al tanto de lo que estaba sucediendo”.
Lo cierto es que Diane, reconocida por su carrera llena de premios y de momentos memorables, había tomado una decisión personal muy importante meses antes de su partida. En marzo sorprendió a todos al poner en venta su icónica “casa de ensueño”, ubicada en California, una propiedad que había sido su refugio durante años y que había prometido conservar “para siempre”.
CÓMO FUERON LOS ÚLTIMOS MESES DE DIANE KEATON CON VIDA
El cambio de planes llamó la atención de su círculo íntimo. Esa casa no solo era un hogar: era una extensión de su esencia. Diane, reconocida por su exquisito gusto y su pasión por el diseño, había dedicado buena parte de su vida a construirla y decorarla. Incluso escribió un libro sobre la propiedad donde relató cada detalle de esa transformación que le llevó ocho años.
En una de esas páginas, la actriz reveló de dónde había surgido la inspiración que marcó su vínculo con la vivienda. Todo comenzó con un recuerdo de infancia. Cuando su madre le leyó la fábula de Los tres cerditos, Diane aprendió una lección que nunca olvidó. “La casa indestructible del tercer cerdito, por supuesto, estaba hecha de ladrillos”, escribió. “Sabía que iba a vivir en una casa de ladrillos cuando fuera mayor”, confesó.
Hoy, esa casa y esas palabras se convierten en símbolo del legado que deja Keaton en el mundo. Una mujer que construyó -con ladrillos, talento y alma- una historia que seguirá en pie mucho después de su adiós.