La canasta básica superó a la inflación en noviembre: cuánto dinero necesitó una familia para no ser pobre
La canasta básica total volvió a subir en noviembre y, en un mes marcado por la inflación, el dato encendió nuevas alertas sobre el poder adquisitivo. Según el INDEC, la Canasta Básica Total avanzó 3,6% y una familia tipo necesitó $1.257.329 para no ser considerada pobre.
Este indicador acumuló un incremento de 25,5% en los últimos 12 meses y de 22,7% en lo que va del año. La suba mensual de la CBT se ubicó por encima del índice general, que fue del 2,5%, lo que refuerza la presión que la canasta básica ejerce sobre los presupuestos familiares.
En cuanto a la Canasta Básica Alimentaria registró un avance del 4,1% en noviembre. El aumento también superó a la inflación general y a la suba de los alimentos, que trepó 2,8%, confirmando que el costo de subsistencia mínimo continúa tensionado y se aleja del alcance de muchos hogares.
En cuanto a los ingresos necesarios para no caer bajo la línea de pobreza, una persona requirió $406.903; un hogar de tres integrantes necesitó $1.000.980; mientras que una familia de cuatro miembros debió alcanzar $1.257.329. Para un hogar de cinco personas, el ingreso requerido ascendió a $1.332.433, cifras que muestran cómo la cesta esencial continúan subiendo por encima de la inflación.
En el caso de la indigencia, una persona necesitó $183.289; un hogar de tres miembros, $450.892; las familias de cuatro, $566.364; y las de cinco, $595.691, todos valores que vuelven a reflejar el peso creciente de la canasta básica alimentaria sobre los ingresos.
El contraste regional: el costo del changuito en dólares bajó, pero en pesos sigue en alza
Aunque la canasta básica volvió a subir en noviembre y encareció el umbral de pobreza e indigencia, un informe de la Fundación Ecosur mostró un comportamiento atípico en la región: la Argentina fue el único país de Sudamérica donde el costo del changuito medido en dólares disminuyó en los últimos siete meses.
Para una familia tipo, el gasto retrocedió 5,5% y quedó en torno a los US$526, ubicando al país en el sexto lugar regional. Pero la baja no responde a una mejora en los precios locales, sino al efecto del tipo de cambio: en pesos, los alimentos continúan subiendo y el alivio que sugieren las cifras en dólares no se traduce en el consumo cotidiano.
