La ballena franca del Atlántico Norte avanza en su lucha por no desaparecer
La ballena franca del Atlántico Norte continúa luchando por su supervivencia con una tendencia alentadora ya que su población subió a 384 ejemplares, es decir, 8 más que el año anterior, según da cuenta un informe elaborado recientemente por el Consorcio de Ballena Franca del Atlántico Norte.
De esta manera, este incremento modesto se suma a una serie de aumentos lentos que se vienen registrando a lo largo de los últimos cuatro años, en contrapartida a la caída del 25 % que registró entre los años 2010 y- 2020, como consecuencia de las colisiones con barcos y de enredos en las redes de pesca. Además, en el informe se destaca que los esfuerzos en Canadá, orientados a evitar que las ballenas colisionen con embarcaciones en el Golfo de San Lorenzo, fueron claves para este esperanzador avance.

Ballena franca del Atlántico Norte: especie en serio peligro de extinciòn
Por su parte, en 2023, la población se estimó en 372 ballenas (con un margen credibilidad de entre 360 y 383) según el NOAA y el Consorcio, por lo que, aunque el crecimiento reciente da señales positivas, el número de hembras reproductivas todavía es muy crítico, con menos de 70 según estimaciones recientes.
“La tendencia hacia la recuperación de la ballena es un testimonio de la importancia de las medidas de conservación”, afirmó Philip Hamilton, científico senior del Centro Anderson Cabot para la Vida Oceánica del Acuario de Nueva Inglaterra que, junto con la NOAA, colabora para estimar la población y monitorear su evolución.
Igualmente, a pesar de esta pequeña mejora, los especialistas advierten que la recuperación es aún frágil ya que las ballenas todavía enfrentan amenazas constantes. «Algunos años no se registran nacimientos suficientes debido a lesiones o estado nutricional pobre. Este año, sin embargo, cuatro hembras parieron por primera vez y once crías nacieron en total, aunque esta cifra queda lejos de lo necesario para revertir la vulnerabilidad de la especie», agregó Hamilton.

Afortunadamente, en lo que va de 2025 todavía no se han registrado muertes confirmadas, lo cual es una noticia más que esperanzadora para los científicos. Además, según Heather Pettis, quien lidera el programa del consorcio, se detectaron menos lesiones que en otros años. “El ligero aumento en la estimación de la población, junto con la ausencia de mortalidades detectadas nos deja cautelosamente optimistas”, sostuvo Pettis.
Para proteger a esta especie emblemática se aplican medidas como restricciones de velocidad para barcos, modificación de redes de pesca y zonas de exclusión temporal. También se usan tecnologías novedosas, como satélites que rastrean concentraciones de plancton –el alimento principal de estas ballenas-, para anticipar rutas migratorias y reducir riesgos de interacción humana.
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