Juana Viale sorprendió en Brasil con un desafío extremo que pocos se animan a enfrentar


La expectativa crece y todos los ojos están puestos en Juana Viale. La actriz y conductora, que reveló el problema de salud que la dejó en cama, enfrenta mañana el mayor desafío deportivo de su vida: debutará en el IronMan 70.3 de San Pablo, una de las pruebas de triatlón más exigentes del calendario internacional.

El reto no es menor: la nieta de Mirtha Legrand deberá nadar 2 kilómetros, recorrer 90 en bicicleta y luego sumar una media maratón de 21 kilómetros corriendo. Un combo explosivo que pone a prueba la resistencia física y mental de cualquier atleta, incluso de quienes entrenan de manera profesional.

“Se viene… 2 kms , 90 kms, 21 kms”, escribió Juana en sus redes. En la primera de las imágenes que compartió, se la ve sonriente frente al cartel del IronMan, con los brazos en alto y una camiseta deportiva roja que contrastaba con el verde del césped.

“El primero. Anything is possible”, decía el fondo, anticipando que nada es imposible para quien se anima a intentarlo. Pero la segunda postal fue la que más llamó la atención: Juana sentada frente a una mesa repleta de elementos deportivos —casco amarillo, zapatillas de running, gafas, botellas y geles energéticos— bajo una frase.

LA FRASE DE LA SEGUNDA POSTAL DE JUANA VIALE:

“Mi camarín. Mi vestuario. Esperando la función” decía. Una declaración que mezcla lo teatral con lo deportivo. Este debut no surgió de la nada. Juana viene entrenando desde hace meses y en julio ya anticipaba la meta: “Todo acto tiene su efecto. Tiempo de descuento para mi objetivo. ¡Ya les contaré más… pero el gimnasio me ha llamado! ¡21 de septiembre es el día!”.

Y cumplió. Durante ese tiempo mostró rutinas con pesas, planchas y ejercicios de fuerza. Incluso se probó en la Media Maratón 21K de Buenos Aires, donde corrió junto a miles de personas. Allí confesó: “Después de siete días en cama, antibiótico, no poder entrenar, no poder comer correctamente… ¡lo logré!”.

Y con humor agregó: “Lo que lloré cuando llegué, ¡ahí me terminé de deshidratar!”. Juana ya había demostrado su espíritu inquieto en otras pruebas: participó del Gran Fondo de Nueva York junto a su hermano Nacho, un evento ciclístico internacional. Ahora, en Brasil, el desafío será mayor y marcará un antes y un después en su vínculo con el deporte.

Con cada paso, cada entrenamiento y cada confesión íntima, Juana Viale confirma que no solo es conductora y actriz, sino también una mujer que busca superarse constantemente. Mañana, en San Pablo, se medirá con el IronMan y todos esperan lo mismo: que su sonrisa al cruzar la meta sea tan grande como la pasión con la que se entrenó.

 



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