Israel inició este martes lo que trascendió como su asalto final a la ciudad de Gaza, según lo confirmado por altos mandos a la agencia EFE. El avance de los tanques se combinó con una intensificación de los bombardeos. Como saldo de esta acción, hasta el momento, hay 68 muertos.

Medios israelíes anunciaron que los blindados avanzan hacia el centro de la capital, con movimientos de entrada y retroceso para ganar terreno.

Desde el Ejército de Israel adujeron que el objetivo con esta acción costosa en vidas humanas es el de desmantelar la infraestructura terrorista, y advirtió que Gaza es una “zona de combate peligrosa”. A su vez, afirmaron que allí “hay miles de terroristas de Hamas, entre 2 mil y 3 mil”.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, aseveró que el mayor núcleo urbano del territorio palestino quedó “en llamas” tras los ataques: “No cederemos y no daremos marcha atrás hasta que se cumpla la misión”, afirmó.

El premier Benjamín Netanyahu respaldó la acción militar al declarar que se trata de una “poderosa operación” en un momento que calificó como crucial para Israel. La contraparte al triunfalismo del primer ministro del Estado hebreo la da el Ministerio de Sanidad Gazatí, que alertó: “La situación aquí es catastrófica. Podemos morir en cualquier momento”.

En paralelo a la avanzada de los militares de Israel, se produce un éxodo hacia el sur estimado entre 142 mil y 250 mil personas. Aunque muchos refugiados regresan por la falta de espacio en las zonas designadas.