INVESTIGAN SI HABÍA VÍNCULO COMERCIAL ENTRE LA JOVEN CHOFER ASESINADA Y EL SOSPECHOSO


El crimen de Rosa Candela Santa María, la chofer que fue asesinada en La Matanza, sumó un nuevo capítulo mientras avanza la investigación. Y es que se investiga ahora el vínculo que la chica mantenía con el presunto asesino, quien se quitó la vida.

Un testigo contó en las últimas horas que la joven de 24 años se habría dedicado a la venta de municiones y que justamente la había conocido por recomendación del sospechoso, a quien encontraron muerto al rato de conocerse la noticia de la muerte de Candela.

El testimonio fue brindado por un joven de 21 años que días atrás habría cerrado una venta de municiones con Santa María. El testigo aseguró haberse reunido con la víctima el 28 de agosto, dos días antes del crimen, para comprarle dos cajas de municiones calibre 9 milímetros. Fuentes de la investigación detallaron que el testigo aportó un comprobante de la transferencia que había realizado por los proyectiles. En total pagó $140.000, que fueron enviados hacia una cuenta en una billetera virtual que estaba a nombre de la madre de la víctima.

Luego de que fuera consultado sobre cómo había conocido a la joven, señaló que el presunto acusado, identificado como L. R. A., se la habría presentado. El testigo recordó que cuando le presentaron a Santa María, el presunto asesino le habría dicho que era familiar de ella.

Hasta el momento, la supuesta relación familiar entre Santa María y el acusado no fue comprobada. De hecho, el círculo familiar de la joven afirmó que lo habían identificado y se refirieron a él como “alguien conocido”, pero no como parte de la familia.

La hipótesis cobraría mayor fuerza al confirmarse que en el interior del Fiat Cronos de Candela había una caja de municiones.

A pesar de estos datos, el fiscal a cargo de la investigación, Diego Rulli, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza, continuará con el cotejo y relevo de información.



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