Gladys Cabezas: “Mi hijo se cruzó con uno de los asesinos de José Luis Cabezas vendiendo choripán”
Hay historias que el tiempo no logra cicatrizar. Para Gladys Cabezas, cada día es una nueva forma de enfrentar la ausencia de su hermano, José Luis Cabezas, asesinado el vernao de 1997 en Pinamar. En diálogo con Héctor Maugeri para CARAS TV, Gladys relató una de las escenas más impactantes que vivió su familia: el inesperado encuentro de su hijo Sebastián con uno de los asesinos de su tío. Ocurrió en un contexto tan cotidiano como absurdo, y terminó convirtiéndose en un episodio que volvió a remover el dolor.
Gladys Cabezas: “Mi hijo se encontró con él vendiendo choripanes”
“En realidad fue mi hijo, Sebastián, quien se encontró con uno de los asesinos de José Luis vendiendo choripanes”, comenzó Gladys, con un tono entre la incredulidad y la angustia. “Había ido a un recital, fue a comprar un choripán y el hombre que atendía el puesto empezó a charlar con él. Sebastián es muy simpático y le dijo: ‘Che, qué bueno el puestito’. Y el hombre le respondió: ‘Sí, lo tengo acá… porque estuve en cana, porque maté al fotógrafo’”.
Desconcertado, Sebastián preguntó a qué fotógrafo se refería. “A Cabezas”, le respondió el hombre. “Mi hijo se quedó helado», contó Gladys. «Le dijo: ‘Me estás jodiendo, soy el sobrino de Cabezas’». Sin saber cómo reaccionar, Sebastián se alejó, pero al rato volvió y comenzó a sacarle fotos. “El tipo, lejos de esconderse, le dijo: ‘Eh, loco, te lo dije, no me hiciste nada, ahora me venís a sacar fotos’”.
Gladys Cabezas: “Detrás de José Luis hay una familia que todavía sufre”
Un policía que observaba la situación intervino para preguntar qué ocurría. “Sebastián le explicó: ‘Este hombre es el asesino de mi tío’. Y el policía le contestó: ‘Déjalo, tranquilo… si querés sacarle fotos, no va a pasar nada’. El otro, por supuesto, se fue corriendo”, relató Gladys con crudeza. “Lo más terrible fue la forma en que lo dijo, con orgullo”, reflexionó. “Sebastián me decía: ‘Mamá, este tipo nos arruinó la vida’. Esa misma noche tuvo que volver a terapia. Quedó muy mal. Porque más allá del asesinato de José Luis, detrás de ese nombre hay una familia, y esa familia sigue cargando con las consecuencias de todo lo que pasó”.
Gladys recordó también una frase que su hijo no pudo olvidar: “Por lo menos, si hubiera matado a mi tío por plata… pero está vendiendo choripanes, mamá. Mató a una persona, nos destruyó la vida y sigue ahí, como si nada’”. A casi treinta años del crimen, Gladys Cabezas continúa hablando por su hermano y por todos los que creen en la verdad. En cada palabra reafirma su compromiso con la memoria y con la justicia.
