«Ganar después de perder», la lección de Gimnasia de Mendoza
“Lo más difícil es ganar después de ganar”, dicen los que saben. Pero en el caso de Gimnasia y Esgrima de Mendoza, la hazaña tuvo otra dimensión: ganar después de haber estado a punto de hacerlo y haber perdido.
Un año después de quedarse en las puertas del ascenso tras caer en la final del Reducido ante San Martín de San Juan, el Lobo mendocino transformó la frustración en impulso y esta vez alcanzó su objetivo en la primera instancia, consagrándose campeón de su zona en la Primera Nacional.
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El desenlace fue digno de un guion cinematográfico. En la final ante Deportivo Madryn, Gimnasia empató agónicamente en el último minuto y luego se impuso por penales, con una actuación heroica del arquero César Rigamonti, que atajó dos disparos y fue una de las grandes figuras del torneo.
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Del otro lado, el delantero Facundo Lencioni mostró temple de acero: primero convirtió el penal del empate en el tiempo regular y luego definió la serie desde los doce pasos con frialdad absoluta.
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El logro tiene un valor histórico para un club con una rica tradición. Gimnasia de Mendoza ya supo codearse con los grandes en los viejos torneos Nacionales, donde incluso logró victorias ante los cinco grandes del fútbol argentino.
El título llegó en medio de un proceso singular: el cambio de entrenador en la recta final del campeonato. Ariel Broggi reemplazó a Ezequiel Medrán y logró reencauzar al equipo en el momento justo, algo poco habitual en equipos punteros. Con su llegada, el Lobo recuperó solidez, temple y fe en la meta que un año atrás se había escapado por centímetros.
El ascenso de Gimnasia de Mendoza no solo devuelve a la provincia un equipo más en la máxima categoría, sino que confirma el crecimiento de un fútbol cada vez más federal.
Ahora, el Lobo mendocino deberá esperar varios meses antes de debutar en Primera: por el calendario del fútbol argentino, recién volverá a competir hacia fines de enero. Tiempo suficiente para saborear un logro histórico y preparar su regreso al lugar donde siempre sintió que pertenecía.
BP