Sonríe, en una gestualidad de las emociones que vibran en su interior. Marley disfruta de este presente en lo personal, que se tiñe por el aterrizaje en su vida de Milenka, esa beba de cinco meses, que nació en Estados Unidos y que se sumó a su familia monoparental.

Envuelto en ese semblante, el conductor exhibe, con alta frecuencia, pequeños movimientos de su beba y de todo lo que se configura de manera novedosa en su cotidianidad. Y en ese fragor, el famoso ahondó en un momento muy privado del parto de la niña.

Marley reveló, involuntariamente, una exigencia que le extendió a la mujer que gestó a Milenka durante nueve meses en pleno trabajo de parto. Una revelación que lo hundió en el ojo de la tormenta y que le valió una montaña de recriminaciones en las redes sociales.