Francos y Adorni sellaron la transición: el Gobierno busca mostrar orden en el cambio de etapa

En un gesto calculado, el Gobierno intentó proyectar este lunes una imagen de continuidad y disciplina interna. En la Casa Rosada, Guillermo Francos y Manuel Adorni encabezaron una reunión de transición entre el equipo saliente y el entrante, con la intención explícita de mostrar una “transición ordenada” hacia la nueva etapa que impulsa Javier Milei tras la renovación de su Gabinete.
El encuentro contó también con la presencia de Lisandro Catalán —actual ministro del Interior— y Diego Santilli, quien asumirá en ese cargo en los próximos días. La foto conjunta entre el ex y el futuro ministro fue parte de la escenografía cuidadosamente planificada: un mensaje hacia dentro y hacia afuera de la administración libertaria de que, pese a las tensiones internas, el Gobierno mantiene el control del proceso.
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Francos aprovechó la ocasión para despedirse de su equipo. En un breve discurso en el Salón de los Escudos, agradeció el “compromiso y el trabajo” de quienes lo acompañaron desde el inicio de la gestión y admitió que “llega el momento de cerrar un ciclo”. Según testigos, el clima fue distendido y hubo incluso aplausos, aunque con el aire melancólico propio de los recambios. Mientras tanto, personal de protocolo ya había comenzado a retirar objetos personales y documentos del despacho que ocupó el hasta ahora jefe de Gabinete.
Adorni, por su parte, llegó con perfil bajo, sabiendo que su salto desde la vocería presidencial al corazón político del Gobierno genera expectativas y recelos a la vez. Su objetivo inmediato es ordenar la estructura administrativa y acompañar los ejes que Milei planteó para esta segunda etapa: avanzar con las reformas tributaria, laboral y del Código Penal, y empujar la aprobación del Presupuesto 2026.
Más allá de los gestos de cordialidad, hay un punto en común que une a Francos y Adorni: ambos mantienen una relación áspera con Santiago Caputo, el estratega más influyente del Presidente y arquitecto de buena parte de las decisiones políticas del oficialismo. Esa tensión, que recorrió silenciosamente los pasillos durante los últimos meses, explica en parte la salida de Francos y anticipa los desafíos de Adorni en su nueva función.
En el entorno de Milei aseguran que el cambio busca “agilizar la toma de decisiones” y “reforzar la coordinación política”. Sin embargo, puertas adentro reconocen que también se trata de un intento de recomponer la convivencia entre las distintas tribus que conviven en el gabinete libertario.
La foto final, con Francos y Adorni estrechando manos frente a las cámaras, cerró la jornada con el mensaje que el Presidente quería transmitir: el Gobierno sigue en marcha, los nombres cambian, pero el rumbo —aseguran— permanece firme.
