“Ese día hice mi rutina, no cometí delito”: Emerenciano Sena negó haber planeado el femicidio de Cecilia

Pasadas las 9.40 de la mañana, Emerenciano Sena se levantó de su asiento y enfrentó, por primera vez, al jurado popular que deberá definir su destino. El dirigente social chaqueño, acusado como partícipe primario del femicidio de Cecilia Strzyzowski, habló durante casi 40 minutos en una declaración que combinó defensa, relato autobiográfico y reivindicación política.
Con la voz por momentos temblorosa, Sena repitió ante los doce ciudadanos: “Ese día hice mi rutina, no cometí ningún delito”.
A pocos metros, su esposa Marcela Acuña —también imputada— no pudo contener las lágrimas. Su hijo, César Sena, mantuvo la mirada baja durante gran parte de la exposición, mientras tomaba nota.
De “la casa de barro” al “rey de los crotos”
Sena comenzó su declaración reconstruyendo su historia personal desde los orígenes más humildes. Nacido “en una casa de barro, techo de paja y piso de tierra”, recordó su infancia en La Limita, detrás de la Isla del Cerrito, y su llegada a la ciudad, donde conoció “los ranchos de cartón”.
A partir de esa experiencia, dijo, nació su convicción de que los pobres podían construir sus propias viviendas. “Yo creía que los pobres podíamos hacer nuestras casas lindas, como las que hacíamos para los ricos. Teníamos el conocimiento, solo faltaba la decisión”, explicó ante los jurados.
Con el paso de los años, esa idea se convirtió en el Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) y luego en la construcción del barrio Emerenciano, un emblema de su organización.
“Siempre les dije a mis compañeros: véanme como el rey de los crotos, porque todos somos iguales. El croto que más entendió el problema fui yo”, dijo.
La defensa: “Me enteré en la cárcel de lo que pasó”
En varios pasajes, Sena insistió en su inocencia. Aseguró que no tuvo conocimiento ni participación en el crimen de Cecilia Strzyzowski y que recién se enteró de los hechos cuando ya estaba detenido.
“Me enteré en la cárcel de lo que pasó. Entregué mi celular, mi camioneta estaba ahí. No me investigaron ni para atrás ni para adelante. No hay nada que me vincule”, afirmó.
También recordó una reunión con el primer fiscal del caso, Jorge “Pato” Gómez, quien —según su relato— le habría dicho que no existían pruebas en su contra. “Me dijo: ‘usted tiene que ir a su casa’. Después cambiaron de fiscal y pasé a ser el asesino más grande del mundo”, reprochó.
“El que cometió un delito que se haga cargo”
El momento más tenso de la audiencia llegó cuando Sena, mirando al jurado, deslizó: “El que cometió un delito que se haga cargo de su delito. Yo no tengo que ser aliado de nadie que comete delitos.”
Mientras pronunciaba esas palabras, las cámaras enfocaron a Marcela Acuña con los ojos llenos de lágrimas. César Sena, a su lado, permaneció inmóvil, con la vista fija en el piso.
Reivindicación de su obra y crítica al sistema
Sena dedicó buena parte de su exposición a defender su trayectoria social y su concepción de la vivienda digna como derecho. Mencionó los servicios del barrio que levantaron —“agua, luz, pavimento, jardín, escuela, centro de salud”— y subrayó que “ninguna empresa hizo plata con eso”.
“Si me condenan, será por haber construido el barrio. Otro delito no cometí”, dijo. También habló del rol de las mujeres en sus proyectos, a quienes presentó como “trabajadoras y especialistas” que aprendieron oficios tradicionalmente masculinos.
El dirigente repasó su trayectoria laboral desde los 13 años, cuando comenzó como albañil en una fábrica de jugos en Corrientes. Contó que trabajó en obras por todo el país, en empresas como Siemens y Ericsson, donde —dijo— instaló antenas y sistemas eléctricos.
“Sé manejar todos los equipos que existen. Hombres y mujeres podemos manejar cualquier cosa que funcione sobre la tierra, porque el hombre y la mujer lo inventaron”, expresó.
“Estoy preso por haber construido el barrio»
En el cierre de su testimonio, Sena se mostró conmovido y volvió a mencionar a su madre, una mujer paraguaya a la que calificó como su mayor ejemplo de dignidad. “Estoy preso por haber construido el barrio, porque otro delito no cometí. Si me condenan, que sea por eso. Yo le di las casas a las mujeres como homenaje a mi mamá, que trabajó limpiando pisos para criarnos”.
Finalmente, pidió al jurado que lo evaluara “con la vara de su conciencia”: “No hice nada. Que Dios los bendiga a todos”.
