En Diputados asoma el riesgo de la destitución para Francos



La Cámara de Diputados no volverá a sesionar hasta después de las elecciones del 26 de octubre. Quedan dos semanas por delante hasta que se concrete la visita a las urnas que definirá la futura composición del Congreso a partir del 10 de diciembre. Pero esta semana seguirán resonando con mucha fuerza los ecos de la sesión del miércoles pasado, donde la oposición volvió a anotarse una serie de victorias parlamentarias. Para el oficialismo no fue todo amargo: sus legisladores pudieron ver cómo se deshilachó la ofensiva de los gobernadores para conseguir la sanción de la ley que busca distribuir la recaudación del Impuesto a los Combustibles Líquidos. El dato no es menor, porque configura un techo político para la ofensiva que habían acordado los 24 gobernadores con el objetivo de forzar al Gobierno a ceder fondos que no quería aflojar. Los dos cámaras transformaron en ley la norma que obliga a la distribución de los Aportes al Tesoro Nacional y el Ejecutivo la vetó. La norma fue insistida por el Senado, pero en Diputados puede correr la misma suerte que la media sanción que le falta al ICL, porque distintos mandatarios han comenzado a ceder a los llamados de la Casa Rosada.

Los sondeos del Gobierno en cada provincia son parte de un plan de reducción de daños en plena recta final de las elecciones. Cerca del titular de la Cámara Baja, Martín Menem, se anotan un poroto con el freno a la ley de ICL. Sostienen que fue por “la firmeza técnica y acuerdos con diputados que no se referencian en sus gobernadores”. El mensaje es una clara diferenciación de las negociaciones que lleva adelante el ministro del Interior, Lisandro Catalán. El funcionario tuvo, hasta ahora, un margen acotado de resultados. En la Cámara Baja advierten que sin la rosca legislativa, habrían afrontado otro revés más.

En Diputados saben muy bien de qué hablan. Aunque no asoma una nueva sesión en el horizonte inmediato, a partir del martes vienen momentos definitorios para el Ejecutivo. No serán proyectos reactivos para la motosierra del Gobierno, sino una serie de citaciones que podrán oscurecer el tramo final de la campaña. La primera preocupación para el Gobierno será vivida el próximo martes a partir de las 13. En la última sesión la oposición consiguió votar un emplazamiento, es decir, una orden para que no hayan mas dilaciones en el tratamiento de un expediente. En este caso la instrucción fue votada para que las comisiones de Asuntos Constitucionales y Peticiones, Poderes y Reglamentos se reunan y traten los pedidos de informes, interpelación y hasta una moción de censura para el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Está en la mira opositora por el decreto reglamentario de la Ley de Emergencia Nacional en Discapacidad, que tiene un artículo para no aplicarla hasta contar con los fondos suficientes. El tema también fue tratado en el recinto y sumó la aprobación de un proyecto para declarar la nulidad de ese decreto. La oposición dice que tiene las voluntades suficientes para que prospere la interpelación con moción de censura, es decir, con la posibilidad de destituirlo del cargo de ministro coordinador, tal como lo establece el artículo 101 de la Constitución Nacional después de la reforma de 1994. Si prospera la moción de censura, Francos deberá afrontar una interpelación en el recinto con el riesgo de ser echado.

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A ese riesgo se suman tres escenas de tensión con el Ejecutivo: en la última sesión también fue votada una citación para que el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, brinde informes a la Comisión de Presupuesto por la negociación con el Tesoro de los Estados Unidos. Nunca asistió al Congreso ni para defender el presupuesto y por eso es posible que brille por su ausencia. Esta citado el miércoles a las 12. Dos horas después fueron citados la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei y el ministro de Salud, Mario Lugones, para que contesten presuntas sobre el caso de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad, ventiladas en los audios de su extitular, Diego Spagnuolo. Los dos funcionarios no tienen previsto asistir y la tensión seguirá escalando en plena campaña.





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