Empezó el juicio por corrupción más grande de la historia



Empezó, al fin, el juicio por corrupción de la llamada causa cuadernos. Es el juicio por corrupción más grande de la historia. Tiene 87 acusados y tuvo de todo. Un chofer de funcionarios que anotaba en cuadernos todos los viajes que hacia llevando coimas, durante el gobierno de los Kirchner, que surgían de empresarios que pagaban para obtener obra publica. 

Los cuadernos cayeron en manos del periodista Diego Cabot que fue el gran impulsor de la denuncia. La causa arrancó en 2018 y desde ahí pasó de todo. Hubo empresarios arrepentidos y amenazas al fiscal Stornelli. Quizás lo más notorio fue la brutal campaña para desacreditar las pruebas. 

Los kirchneristas atacaban permanentemente la validez de los cuadernos y muchos empresarios hacían lo mismo y todos buscaron dilatar el inicio del juicio. 

El juicio va a llevar mucho tiempo y se hará íntegramente por vía telemática. Es una pena que la justicia haya decidido que no sea presencial. Hay informaciones que dicen que la Corte no está de acuerdo con el esquema de sesiones solo una vez por semana y sin presencialidad. 

Es de esperar que se revierta porque con la actual metodología no habría condenas hasta dentro de, por lo menos, tres años. Seguir dilatando es el objetivo de los acusados. 

El juicio es importante por la cantidad de acusados, pero, fundamentalmente, porque los cuadernos explican una organización armada para delinquir. No eran hechos aislados. Había una maquinaria de corrupción que funcionaba de manera permanente y muestra, en esencia, que el kichnerismo era una asociación ilícita. 

Julio de Vido, Roberto Barata y Cristina Kirchner son los más conocidos pero la lista de acusados es enorme. El kirchnerismo armó muchas maquinarias de corrupción cuando tuvo el poder. La causa cuadernos muestra esa estructura corrupta. Hubo momentos en que parecía que los acusados iban a lograr voltear la causa. 

Los k usaron, desde los medios y desde la política, todas las malas artes posibles para desacreditar los cuadernos. Hubo, también, muchos intentos de dilatar la causa. El kirchnerismo fue una organización criminal y este juicio lo mostrará. Había una organización armada para coimear. 

El que no pagaba no tenia chance de trabajar en obras publicas. Van a tardar las sentencias, pero la clave era que el juicio empezara. Todos sabemos todo de la corrupción kirchnerista y en este juicio se verá, en detalle, el mecanismo corrupto.

En otro orden, siguió la discusión sobre los diputados que se cambiaron de bloque. El periodista Osvaldo Bazán viene discutiendo el tema y sus explicaciones dan en la tecla. Ser elegido por un partido y pasarse a otro es defraudar al votante. No importa si lo hacen por convicción o por negocio político, siempre está mal. 

Cuando la política se degrada tanto que hasta los que pertenecen al campo republicano creen que pueden transgredir normas éticas es que se está llegando a la decadencia más marcada. 

El oficialismo ha llenado el Congreso de gente sin nivel y muchos legisladores que, se supone, tienen nivel político se burlan de los ciudadanos, que los votaron por un partido, y saltan a otro y lo explican como algo bueno. 

No respetar el sentido del voto no tiene nada de bueno. Cuesta mantener las esperanzas en el sistema político cuando los republicanos se comportan igual que los populistas. Arreglar la economía es importante y regenerar el sistema político es indispensable para tener un país que sea considerado en el mundo. 

El mayor daño que hizo el kirchnerismo fue que haya un país sin normas éticas. A tal punto lo lograron que gente que viene del sector republicano tiene una tremenda elasticidad moral y creen que burlar la voluntad popular está bien.



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